Tyler Cowen
Esta es una de las estadísticas económicas más preocupantes de un año que estuvo lleno de ellas: en 2021, según la Oficina del Censo, la población estadounidense creció al ritmo más lento registrado en la historia.
Este bajo rendimiento se debió a la desaceleración de la inmigración, las bajas tasas de natalidad y, por supuesto, una gran cantidad de muertes por COVID. La población total creció solo un 0.1%, o 392,665. Incluso medido en términos absolutos, ese aumento es menor que durante la confluencia de la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española.
La inflación y las tasas de desempleo reciben mucha atención, y con razón. Pero esta noticia macroeconómica debería ser, al menos, igualmente preocupante. Eso es porque, tanto en las economías como en las carreras, lo importante no es solo el nivel de logros, sino también el impulso. El objetivo es tener una serie de éxitos ascendentes que lo empujen hacia posiciones sucesivamente más fuertes.
A pesar de todos sus defectos, Estados Unidos es una maravillosa colección de instituciones inventadas y evolucionadas. Costó mucho trabajo llegar hasta aquí. Al margen, tiene un costo relativamente baja permitir que más personas disfruten y se beneficien de la Constitución de EE.UU., su entorno empresarial favorable y su paraguas nuclear. En la terminología de la economía, EE.UU. es un bien público. Permitir que más gente resida en el país es como permitir que más personas ocupen los asientos vacíos en un teatro que presentará una excelente actuación: ¿Por qué no?
Una simple implicación es que cuanto más patriota eres, más debes creer en una población grande y en crecimiento. La mayoría de los fundadores de EE.UU. ciertamente tenían esa expectativa. Alternativamente, podría pensar que las instituciones estadounidenses no tienen nada de especial, como han argumentado muchos escépticos, y ser indiferente al tamaño de su población. Pero para llegar a esa conclusión, hay que negar que hay un valor significativo en el marco estadounidense básico.
Una población en crecimiento también trae ventajas prácticas. Considere el debate del año sobre el efecto del estímulo sobre la inflación. No parece, con una tasa de inflación del 6.8%, que EE.UU. haya logrado el equilibrio correcto. Con una población en crecimiento significativo, la política macroeconómica es mucho más fácil. La creciente demanda de un número cada vez mayor de trabajadores y consumidores en sí misma es una forma de estímulo económico. Pero estas demandas no son en general inflacionarias, porque se compensan con más trabajo y una mayor producción. Esos aumentos de la oferta tenderían a compensar las presiones inflacionarias y también mantendrían el crecimiento económico. Una población en crecimiento significativo es una especie de almuerzo macroeconómico gratuito.
De manera más anecdótica, ¿alguna vez visitó una ciudad y sintió una sensación de estancamiento y declive? Para mí, ese sentimiento es más común en una ciudad que está perdiendo residentes en lugar de ganarlos. Pareciera que hay cada vez menos restaurantes, teatros e incluso músicos callejeros.
En contraste, los estados, ciudades y vecindarios más emocionantes tienen muchos lugares nuevos y gente nueva. Durante la última década, los tres estados de más rápido crecimiento, en términos porcentuales, son Utah, Idaho y Texas. Recientemente visité los dos últimos y sentí una sensación palpable de entusiasmo y ambición.
La relación entre población y dinamismo también se mantiene a nivel nacional, aunque es más difícil de ver porque las disminuciones no siempre están tan concentradas en un solo lugar geográfico. Pero el estado de ánimo de un país no puede evitar verse afectado por la cantidad de personas que tiene y su capacidad para hacer contribuciones únicas a la sociedad.
La población de EE.UU. no está disminuyendo en este momento, pero básicamente se está manteniendo estable. Eso trae su propio estado de ánimo de inmovilidad y complacencia. Y, permítanme ser tan audaz como para sugerir que, más que la mayoría de los países, EE.UU. depende en gran medida de su propio sentido de optimismo y crecimiento. De lo contrario, ¿cómo va a seguir siendo uno de los principales innovadores? ¿Cómo saldará todas sus deudas?
El argumento más común contra una población en crecimiento es que daña el medio ambiente. Pero cualquier solución potencial a los problemas ambientales implica innovación, y más personas significa más innovadores potenciales. Son las sociedades dinámicas y en crecimiento las que tienen más probabilidades de mejorar la energía verde.
Sí, EE.UU. está deprimido y el bajo crecimiento de la población es tanto una causa, como un síntoma. Pero esta crisis no tiene por qué ser permanente, y una forma de resolverla es simplemente hacer y atraer a más personas felices.