La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó este miércoles a Estados Unidos poner fin a las sanciones contra Irán relativas a los bienes con fines humanitarios, un revés para el presidente estadounidense Donald Trump a pesar de que Washington no reconoce la autoridad de este tribunal en la materia.
Irán, que acusa a Estados Unidos de "asfixiar" su economía, había lanzado una batalla judicial ante la CIJ tras la reimposición en mayo de duras sanciones unilaterales en su contra por parte de la administración Trump.
Estas sanciones habían sido previamente aligeradas por la administración de Barack Obama, tras el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear de Irán.
Irán se felicitó inmediatamente por la decisión de la CIJ, "una nueva señal que confirma claramente que la República Islámica de Irán está en su derecho", según indicó el ministerio de Exteriores iraní en un comunicado distribuido a la prensa en Teherán.
Los jueces de la Corte, con base en La Haya, decidieron "por unanimidad, que Estados Unidos (...) debe, por los medios de su elección, suprimir cualquier obstáculo que las medidas anunciadas el 8 de mayo de 2018 pongan a la libre exportación hacia Irán de medicinas, material médico, productos alimentarios y productos agrícolas", según declaró Abdulqawi Ahmed Yusuf, juez presidente de la CIJ.
El dictamen de la CIJ, la más alta instancia jurídica de la ONU, menciona también las "piezas de recambio necesarias para la seguridad de la aviación civil".
La decisión de la CIJ llega en un contexto de tensiones crecientes entre Irán y Estados Unidos, después de que los presidentes estadounidense e iraní se enfrentaran en una batalla dialéctica durante la Asamblea General de la ONU de la pasada semana.
"Contra la salud y la vida"
Según la CIJ, las sanciones reimpuestas en mayo por Donald Trump contra Irán, que incluyen "restricciones a la importación y la compra necesaria con fines humanitarios (...) corren el riesgo de perjudicar gravemente la salud y la vida de las personas que se encuentran en territorio iraní".
Las sanciones de Washington incluyen el bloqueo de transacciones financieras y de las importaciones de materias primas, además de medidas penalizadoras sobre las compras en el sector del automóvil y en la aviación comercial.
Washington considera que el restablecimiento de las sanciones es necesario para proteger la seguridad nacional. Según Trump, las medidas buscan "intensificar la presión" sobre el régimen iraní para que éste "cambie de comportamiento", principalmente en lo que atañe a su programa balístico.
Las decisiones de la CIJ son vinculantes e inapelables. Pero la Corte no tiene ningún medio para hacer que se apliquen, y no está claro que ninguno de esos dos países vaya a cumplir con lo que dicten los jueces del tribunal.
En el caso en el que la CIJ, creada en 1946 para solucionar diferendos entre Estados, ordene medidas, "estas deberían ser respetadas", explicó Eric De Brabandere, profesor de Derecho Internacional.
Según Teherán, la política de Washington tiene "consecuencias dramáticas" sobre la economía iraní. La República Islámica deseaba que la CIJ instara a Estados Unidos a interrumpir las sanciones que "violan numerosas disposiciones" de un tratado firmado por Estados Unidos e Irán en 1955.
Este texto, poco conocido, prevé "relaciones amistosas" entre ambas naciones y promueve los intercambios comerciales.
Por su parte, Washington alegaba que Teherán no ha mostrado "buena fe" al invocar ese tratado en este proceso.