La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos puede frenar un brote de inflación en caso de que ocurra sin desviar el camino de la recuperación, dijo el vicepresidente de la Fed, expresando su fe en la capacidad del banco central para diseñar un “aterrizaje suave” si los precios continúan escalando más allá de lo previsto.
La Fed cree que el aumento actual de los precios se aliviará por sí solo a medida que la economía reabre.
Sin embargo, “en el caso en el que estas presiones son más persistentes y pongan en riesgo nuestro mandato de estabilidad de precios, lo reconoceremos y a través de nuestras comunicaciones y nuestras herramientas creo que podremos compensar eso de una manera que respalde el mantenimiento de la recuperación económica”, dijo Richard Clarida en Yahoo Finance.
Política ultraexpansiva
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, reiteró su apoyo a la política ultraexpansiva de la Fed.
Es poco probable que la reciente alza de la inflación en Estados Unidos lleve al tipo de inflación indeseablemente alta contra la cual han advertido algunos economistas, señaló.
“Todavía no he visto nada que me convenza de que cambie mi apoyo total a nuestra postura ultraexpansiva para la política monetaria o nuestra orientación futura sobre el camino de la política”, dijo en declaraciones preparadas para ser entregadas en una conferencia del Banco de Japón.
Sus detractores, incluido el exsecretario del Tesoro Larry Summers, dicen que habrá un sobrecalentamiento de la economía debido a la promesa de la Fed de mantener las tasas en su nivel actual cercano a cero hasta que se alcance el pleno empleo y la inflación llegue a 2% y esté en camino de superar ese nivel moderadamente durante algún tiempo.
Eso es especialmente cierto, aseguran, a la luz de los billones de dólares de gasto público que el Congreso ha aprobado para afrontar la pandemia y amortiguar su impacto. En opinión de los críticos, esos desembolsos podrían avivar la inflación a niveles no vistos en décadas.
Pero esa perspectiva, sostuvo Evans en sus comentarios, depende de una visión “aceleracionista” de la inflación en la que la experiencia de precios más altos impulsa expectativas de inflación cada vez más altas entre los hogares y las empresas, que luego incorporan esas expectativas en sus decisiones de compra y fijación de precios.
Aunque tal ciclo de retroalimentación puede haber explicado el aumento de la inflación de la década de 1970, dijo, las bajas tasas de inflación en los últimos 15 años han amortiguado tanto las expectativas de inflación que incluso con el desempleo prepandémico en el nivel históricamente bajo del 3.5%, la inflación se mantuvo baja.
El gasto del gobierno ha elevado las expectativas de inflación recientemente, señaló, en lo que llamó un desarrollo “bienvenido”.