Margaret Nyamumbo dejó Wall Street para fundar una empresa de café ético que recaudó más de 3 millones de dólares el año pasado. (Instagram maggykemunto)
Margaret Nyamumbo dejó Wall Street para fundar una empresa de café ético que recaudó más de 3 millones de dólares el año pasado. (Instagram maggykemunto)

El viaje hacia el éxito no siempre sigue un camino recto, y la historia de Margaret Nyamumbo lo demuestra a la perfección. Nacida y criada en una granja de café en Kenia, Margaret nunca imaginó que, años más tarde, se convertiría en la fundadora de Kahawa 1893, una empresa de café que no solo genera millones, sino que también está empoderando a mujeres agricultoras en África. Hoy en día, su empresa factura US$3 millones al año, y este es su inspirador recorrido desde Wall Street hasta la creación de un negocio con propósito.

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De Kenia a EE.UU.: Un encuentro inesperado con el café

Margaret Nyamumbo no probó su primer café hasta que dejó su hogar en Kenia para asistir a la universidad en Estados Unidos. Crecer en una granja de café no significaba necesariamente disfrutar de la bebida. En su casa, la bebida tradicional era el té, una herencia del colonialismo británico, cuando los ingleses introdujeron las hojas de té en Kenia desde India. Además, el café era considerado un lujo, lo que lo hacía inaccesible para la mayoría de los agricultores locales.

Durante su primer vuelo hacia Estados Unidos, Margaret pidió un café por curiosidad, a pesar de que su hermana le había advertido que era amargo. “Estaba yendo a América, sentí que tenía que encajar”, recuerda a . Aunque inicialmente le pareció desagradable, pronto desarrolló un gusto adquirido por el café y, más importante aún, una fascinación por su cultura y cadena de suministro.

Margaret Nyamumbo fundó una empresa de café ético que recaudó más de 3 millones de dólares el año pasado. (Instagram maggykemunto)
Margaret Nyamumbo fundó una empresa de café ético que recaudó más de 3 millones de dólares el año pasado. (Instagram maggykemunto)

El nacimiento de Kahawa 1893: Una empresa con propósito

Después de graduarse y obtener un MBA en Harvard, Margaret trabajó brevemente en la banca de inversión en Wall Street. Su trabajo era emocionante y bien remunerado, pero mientras analizaba empresas de bienes de consumo, Margaret comenzó a sentirse atraída por la idea de crear algo propio. “Aprendí cómo se habían iniciado diferentes marcas y me di cuenta de que incluso las compañías más grandes empezaron con humildes comienzos”, comenta.

Impulsada por sus raíces y su creciente pasión por el café, en 2018 lanzó Kahawa 1893, una empresa que celebra los ricos orígenes del café en África. El nombre combina la palabra swahili para café, kahawa, y el año en que el café se cultivó comercialmente por primera vez en Kenia. Kahawa 1893 se dedica a empoderar a las mujeres agricultoras, quienes realizan el 90% del trabajo en la industria del café, pero rara vez poseen la tierra.

Cada bolsa de café de Kahawa incluye un código QR que permite a los clientes dar propinas directamente a las agricultoras, propinas que la empresa iguala dólar por dólar. Hasta la fecha, han entregado más de US$90,000 a 500 agricultoras africanas.

De Wall Street a una vida dedicada al café

Margaret decidió dedicarse por completo a su empresa en 2018, después de solicitar un año sabático en su trabajo bancario. Dejó su empleo con la esperanza de que, si las cosas no salían bien, siempre podría volver a su carrera anterior. “No quería llegar a los 60 años y arrepentirme de no haberlo intentado”, explica.

Los comienzos de Kahawa 1893 no fueron fáciles. Margaret trabajaba incansablemente, desde la comercialización hasta la gestión de la cadena de suministro y las entregas. A menudo pasaba sus noches haciendo degustaciones y enviando correos electrónicos. “Era un trabajo de tiempo completo”, recuerda. “Me despertaba pensando en ello, trabajaba hasta altas horas de la noche, y cada pequeño detalle contaba”.

La empresa encontró su primer gran obstáculo en 2020, cuando la pandemia eliminó su principal fuente de ingresos: las ventas a empresas tecnológicas de Silicon Valley, como Facebook y Twitter, que ofrecían su café en las oficinas. Con las oficinas cerradas, Margaret se enfrentó a un desafío inesperado, acumulando deudas y considerando la posibilidad de tomar un trabajo a medio tiempo.

El gran giro: De Wall Street a las estanterías de Trader Joe’s

En 2021, un giro del destino cambió el rumbo de Kahawa. Trader Joe’s, una cadena de supermercados conocida por sus propias marcas, mostró interés en vender su café. Esta fue la gran oportunidad que Margaret necesitaba para escalar su negocio. “Fue la primera vez que sentí que realmente teníamos algo”, comparte.

Con el respaldo de una red de inversionistas personales, Margaret logró obtener los fondos necesarios para abastecer a Trader Joe’s. Así, Kahawa 1893 se convirtió en la primera marca de café propiedad de una mujer negra en llegar a los estantes de la tienda, una victoria histórica que aumentó la visibilidad de la marca.

En 2023, Margaret presentó su empresa en el programa de televisión “Shark Tank”, donde consiguió una inversión de US$350,000 a cambio de un 8% de participación en la empresa. Esta aparición no solo le brindó un importante capital, sino que también viralizó su historia en Kenia, dándole a Kahawa 1893 una exposición invaluable.

El futuro: Empoderando a las agricultoras y democratizando el café

Margaret Nyamumbo tiene planes ambiciosos para el futuro de Kahawa. La reciente colaboración con Keurig permitirá que más hogares en Estados Unidos disfruten del café africano de alta calidad. Además, su objetivo es seguir aumentando la proporción del valor del café que regresa a las comunidades agrícolas. “Actualmente, menos del 5% del valor del café permanece en las comunidades agrícolas. Queremos cambiar eso”, afirma.

La misión de Kahawa va más allá del beneficio económico; busca impactar positivamente en la vida de las mujeres agricultoras. Con los ingresos de las propinas, estas mujeres han creado becas para niñas en Kenia, comprado molinos para maíz y desarrollado pequeños negocios que transforman sus comunidades.

Margaret cree que su mayor recompensa ha sido ver cómo estas mujeres se sienten vistas y apreciadas. “Más allá del dinero y los beneficios físicos, es la conexión emocional que hemos construido con estas mujeres lo que realmente vale”, reflexiona.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.

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