La actividad económica en el Perú se ha venido desacelerando. Si bien en el resultado anual aún se muestra un crecimiento de 3.5% entre enero y mayo de este año, cuando se compara el avance mes por mes, se observa un estancamiento.
Pese a ello, para el BBVA Research este año el crecimiento podría ser ligeramente mejor al que se esperaba hasta hace tres meses. Ahora elevó su estimado de crecimiento para la economía de 2% a 2.3% para el 2022.
Esta ligera mejora tiene un protagonista principal: el consumo privado, especialmente el de las familias. El economista jefe del BBVA Research, Hugo Perea, afirmó que ya entre enero y mayo esta variable es la que ha soportado la economía y lo seguirá haciendo en lo que resta del año.
Entre las razones para este dinamismo del consumo está que las familias contarán con más recursos para gastar, como consecuencia del retiro que podrán realizar de sus cuentas de AFP y CTS.
Perea estima que alrededor de S/ 15,000 millones serán gastados por las familias en bienes y servicios producidos localmente o importados, entre la segunda mitad de 2022 y en el 2023.
Este consumo en bienes que no son de primera necesidad, se daría a pesar de que la inflación aún se mantendrá alta en lo que resta del año.
“La gente usualmente en las expectativas es mucho más optimista a mediano plazo que a corto plazo. Si la percepción que tienen sobre la economía se ha deteriorado, es mejor que la que tenemos de la situación actual”, dijo.
Tan importante es este efecto del consumo que compensaría el deterioro del entorno externo, mayor inflación (erosión del poder adquisitivo de ingresos de familias), tasas de interés más altas y conflictividad social más acentuada.
Crecimiento con trampa
Sin embargo, este efecto del consumo sobre la economía esconde la realidad de la actividad económica peruana. Y es que estructuralmente el PBI peruano crecería incluso menos de 2% sin este impulso temporal.
Los cálculos del BBVA muestran que el impacto al alza sobre PBI del consumo, a causa de los retiros de AFP y CTS, sería de entre cuatro y cinco décimas de punto porcentual tanto en este año como el próximo. Si estos números se restan al 2.3% estimado, la cifra de crecimiento estaría por debajo del 2%.
“La economía podría crecer menos sin estos estímulos. Nuestra estimación del crecimiento potencial está al rededor del 2%, que es la velocidad de crucero del mediano plazo. Estamos en un evento coyuntural que ayuda un año o un trimestre”, afirmó.
El economista lamentó que desde el Gobierno no se tenga ninguna medida de recuperación del crecimiento.
Inflación llegaría a 6.8% este año y superaría el 3% en 2023
El BBVA Research elevó su proyección de inflación para este y el siguiente año, al pasarla de 5% a 6.8% en el 2022, y de 2.6% a 3.3% en el 2023, estando fuera del rango meta del BCR, que es de entre 1% y 3%.
Según Hugo Perea, este resultado se dará porque la transmisión local de menores precios de commodities como trigo o maíz no se reflejaría rápido en un descenso de la inflación a nivel local. Esto, porque los productores de los bienes que usan estos insumos no han transmitido completamente los incrementos de costos hacia los consumidores finales.
“También hay una inercia por el lado de expectativas (de inflación), que son más altas. Esto influye en los nuevos contratos y etiquetado de precios, que seguramente considerarán una inflación aún elevada en los próximos doce meses. Se espera un descenso lento”, indicó
El economista señaló que un factor de riesgo, relacionado al precio de los combustibles, es la situación alrededor de las tensiones entre Europa Occidental y Rusia.
“Todavía hay un riesgo latente que pesa en la cotización internacional del precio del petróleo que, si bien ha caído, aún se mantiene alta”, apuntó.