La lucha por la equidad de género dentro de las empresas es un tema que empieza a tomar fuerza en el debate público. Gestión y Centrum PUCP organizaron una mesa redonda para abordar esta problemática desde el punto de vista de las ejecutivas peruanas.
Para muchas mujeres, llegar al directorio de una empresa es un sueño casi imposible de cumplir. Sin embargo, algunas ejecutivas pudieron superar las barreras impuestas. El camino es difícil, cuentan, pero la experiencia es gratificante.
Gladys Herrera, directora del Banco del Comercio
La gran masa de mujeres capacitadas que pueden desempeñarse en las funciones de alto rango; sin embargo, todavía se tiene la idea de que la mujer es un poco más emocional o que no va a ir al grano cuando se trata de tomar decisiones. Generalmente, los hombres conforman el directorio de las empresas y siempre van a querer sumar con quienes tengan más camaradería y creo que allí hace falta hacer visible más el rol de la mujer.
Personalmente, no estoy de acuerdo con las cuotas de género dentro de las empresas. Tenemos que ganarnos el lugar por nuestros propios méritos y no solo porque se deba tener la presencia de una mujer en la organización.
Por otro lado, ser miembro de directorio exige una personalidad que tenga mucha confianza. Ese cargo implica decidir el rumbo de la organización, proponer ideas de mejora y, como mujeres, debemos tener la confianza de que el enfoque que estamos aportando es valioso.
En el directorio siempre habrá debates y no significa que debemos tener la razón en todo. No se trata de ganar, sino de aportar. Muchas veces los varones insisten en que su opinión sea aceptada, por un tema de poder. No obstante, la presencia de la mujer puede ayudar a crear un clima social de ética. Nosotras tenemos un compromiso para hacer bien las cosas y con honestidad. Creo que eso sale a relucir siempre desde nuestro punto de vista.
Es importante aclarar que no se trata de copiar la identidad masculina. Como mujeres podemos dar otro punto de vista y colaborar. El componente femenino es un aporte beneficioso para una compañía.
Isabel Arias, presidenta de Directorio de Minera San Ignacio de Morococha
En el Perú, hemos empezado a tomar nota de lo beneficioso que es tener un directorio con mujeres. Si bien estamos convencidos de que el fin es tener la equidad de género, el camino no es fácil. Hemos avanzado en el campo legal, pero esto no es suficiente. Debemos estar convencidos desde el interior de las organizaciones, que se inicie desde el directorio, de hacer más partícipes a las mujeres. Yo sí estoy esperanzada en que la mujer va a tener un rol muy importante.
Asimismo, se está demostrando que esta diversidad de opinión enriquece las decisiones. El hecho de que la mujer pueda exponer su punto de vista e insistir en él hace que, al final, se tenga una decisión mucho más enriquecida de lo que se debe hacer.
Por otro lado, creo que es importante cultivar un mentoring y un networking. Estas dos fórmulas son muy buenas para poder avanzar y compartir algunos temores que surgen en el ámbito profesional. El camino es muy largo, pero uno tiene que afrontar las situaciones analizando y aceptando la realidad, para luego tomar decisiones con base en ella. Por otro lado, acceder a una educación de calidad es importante para romper el estereotipo que tienen muchas niñas sobre las profesiones que son “solo para hombres”. Eso tiene que cambiar.
Juana Mollo, socia PwC Perú
La falta de visibilidad es uno de los factores por los que la mujer tiene poca presencia en el directorio. Muchas veces no estamos dentro de él porque no nos conocen y, también, por un tema de confianza.
En Pricewaterhouse Coopers (PwC) consideramos que debe haber una igualdad de oportunidades y, al igual que las demás, yo tampoco estoy de acuerdo con que se establezcan cuotas para la presencia de la mujer en la organización.
Por ejemplo, nuestra firma durante muchos años ha estado orientada a dar los servicios a las empresas y a pensar que la cúpula debería ser de solo hombres. Esto se debe, principalmente, a que ellos sí se esfuerzan por construir networking. Ellos tienen conversaciones, hacen alianzas, se siguen viendo a través del tiempo y, por eso, se generan lazos fuertes. Sin embargo, eso no se ha dado en las mujeres y creo que la razón es que ellas tienen muchos frentes que atender: los hijos, los padres, el esposo, etcétera.
Si he llegado a ser socia es porque fui perseverante y mi consejo es no rendirse al primer fracaso. Lo que hay que hacer es buscar el coaching, preguntar, etcétera. Una de las cosas que ha ayudado a que mis socios confíen en mí es buscar estas alianzas que los hombres suelen tener.
Muchas veces las mujeres priorizan terminar su trabajo y evitan ir a los eventos de la compañía, cuando esta es una perfecta oportunidad para darte a conocer y generar networking. No es fácil, debido al tiempo, sin embargo, creo que debemos establecer bien nuestras prioridades y objetivos.
Patricia Roisenvit, directora de Women CEO Perú
Si el directorio siempre está compuesto por hombres, más o menos de la misma edad, que han ido al mismo colegio y a las mismas universidades, vamos a tener siempre los mismos resultados. Necesitamos tener un cambio para que haya mayor posibilidad para las nuevas regulaciones.
En España, por ejemplo, han sacado una nueva regulación que obliga a las empresas a tener una determinada cantidad de mujeres en el directorio en un plazo de dos a cuatro años. Sin embargo, en Women CEO no creemos en cuotas. Nosotros creemos que la mujer se tiene que ganar el puesto gracias a su esfuerzo y sus méritos. No obstante, se necesita una sociedad más abierta que permita la inclusión de la mujer a todo nivel. Lamentablemente, eso no se está dando, pero tengo esperanza de que esa situación cambie pronto.
Por otro lado, creo que en el tema de dirección hay un serio problema de confianza en las mujeres. No creemos que podemos lograr dirigir una empresa y solemos exigirnos mucho antes de postular a un puesto superior. Por el contrario, me parece que los hombres, con el 50% del trabajo realizado se atreven a aplicar, mientras que nosotras necesitamos un 100% y, quizás, aun así, nos logramos convencernos.
Entonces, hace falta fortalecer nuestra confianza y creer en nuestras capacidades.Hay un síndrome de la impostora, que es cuando piensas que no mereces un premio o reconocimiento y sientes que se lo has quitado a alguien más. Eso debe cambiar y no recae solo en las empresas o en las políticas, se trata también de la educación dentro de la familia.