El Perú está un poco rezagado en temas de innovación o cambios disruptivos como el open banking (OB), a diferencia de otros países de la región. Si bien existen barreras claras para la adopción de esta práctica, es importante que se superen y se puedan aprovechar sus beneficios, señaló el coordinador de Protagonistas del Cambio UPC, Javier García Blásquez.
El OB, según la Revista Moneda del BCR, es una tendencia global que promueve que los agentes del ecosistema financiero compartan datos (por ejemplo, el historial de transacciones de los clientes) y servicios bancarios (por ejemplo, iniciación de pagos, gestión de inversiones, etc.), con terceros proveedores de servicios financieros (por ejemplo, fintechs), después de obtener el consentimiento explícito del cliente.
Estos datos, de manera idónea, se comparten de manera virtual, segura, estandarizada y en un formato legible a través de interfaces de programación de aplicaciones (API, por sus siglas en inglés).
Barreras
Blásquez indicó que, en principio, no hay regulación específica para realizar operaciones en el marco del OB, la cual puede seguir en consideración, como en otros países, debido a riesgos relacionados al manejo de información financiera. Asimismo, por el hecho de poder trasladarse con mayor facilidad entre entidades financieras, aumentaría la dificultad de monitorear actividades ilícitas como, por ejemplo, el lavado de activos.
“La regulación a través de entidades como la SBS es necesaria y debe contemplar todo aspecto, pues hay organizaciones “perversas” que se dedican a crímenes cibernéticos o pueden aprovechar el marco para realizar lavado de fondos. Hay fintech que ya están siendo regulados, pero los espacios (de regulación) aún están en etapa temprana”, indicó.
Más allá de la actualidad del Perú respecto a su marco regulatorio, Blásquez indicó que hay barreras estructurales relacionadas a la expansión del entorno tecnológico y alfabetización financiera o cultura de digitalización, que pueden ralentizar el aprovechamiento del OB.
“Las grandes barreras son el entorno tecnológico y la alfabetización digital, para poder generar confianza en herramientas tecnológicas como las fintech. Hay una gran cantidad de mypes que han sido orilladas a bancarizarse producto de la pandemia; sin embargo, hay otro grupo que sigue realizando transacciones con dinero físico. El OB amplía el espectro del sistema financiero y se debe tener confianza en las opciones que se presentan como nuevas”, señaló.
Beneficios
Uno de los principales beneficios, mencionó el representante de Protagonistas del Cambio UPC, es la mayor competencia entre entidades respecto a los servicios y productos financieros, reduciendo la preponderancia de las entidades bancarias.
“En el momento que se democratiza la información, hay una posibilidad de que el mercado se engrose. Cuando un ecosistema financiero crece, hay una relación de ganar ganar, pues se generan distintas dinámicas entre los actores, siendo más saludable. Para las mypes esto se muestra oportuno, pues pueden obtener nuevos productos financieros que quizá no consigan a través de un banco grande”, manifestó.
Otro punto a resaltar es que el mecanismo de banca abierta promueve la innovación o creación de valor centrados en el usuario o negocio, con información que estaría disponible, según Blásquez.
“La idea es que mientras se comparta conocimiento e información de los usuarios, muchos de los espacios de información abierta produzcan un ecosistema más dinámico, digital y relacionado con plataformas como las fintech. La información está ahí, y si se trabaja de manera adecuada se pueden empezar a desarrollar nuevos productos y opciones interesantes para los clientes”, manifestó.
En relación con los puntos anteriores, la inclusión financiera, es otro factor que sería beneficiado con el OB, pues son mayores las opciones por las que pueden optar los clientes para adquirir productos como, por ejemplo, el de crédito, el cual dependería de la evaluación de riesgo que ofrezcan las entidades.
“En el Perú, solo el 10% de la población puede acceder a un crédito, siendo un espacio de oportunidad de crecimiento a través del OB. La pandemia, como aspecto positivo, ha traído un escenario para acelerar la bancarización y digitalización, y una revalorización de las fintech; sin embargo, la situación podría ser mucho mejor si los clientes reconocen nuevas opciones para adquirir productos y servicios”, manifestó.
Perspectiva
En el Perú, si bien el OB aún está en una etapa temprana, no es completamente negativo si hay intenciones de aplicarlo, pues puede ser un escenario oportuno para que las fintech empiecen a explorar la banca abierta en base a la tecnología e incentivar las operaciones, indicó Blásquez.
Asimismo, precisó que es posible que no pase mucho tiempo para que esta práctica sea el marco de acción en el sistema financiero.
“Las plataformas tecnológicas ya no están circunscritas a los límites de países, sino a un mercado global. Ante ello, se van a ir estableciendo en las zonas que generen las mejores condiciones, una regulación o seguridad adecuada, y muchos clientes. Cuando ese espacio se satura, los negocios observan otros en etapa temprana, como Perú, para empezar a provocar o crear el nuevos ecosistemas en base a sus aprendizajes previos”, manifestó.