¿La coyuntura electoral tendrá alguna repercusión en la calificación crediticia del Perú?
Antes de las elecciones ya había bastante preocupación por la institucionalidad que comenzaba a pesar sobre el crecimiento y ponía a la baja la calificación. Quisimos esperar los resultados de las elecciones y ver si había una agenda de reformas, sobre todo en el funcionamiento del Estado. Pero ahora estamos frente a dos polos opuestos que sí generan preocupación por su asimetría en las políticas públicas.
¿Se mantiene el riesgo de bajar la calificación crediticia del Perú?
Con ambos candidatos ese riesgo se mantiene, pero en distintas magnitudes. En un eventual gobierno de Keiko Fujimori, no está relacionado con su plan de gobierno o las políticas públicas que implemente sino por lo que ya viene de atrás que va a ser muy difícil de revertir en el tema institucional; las presiones allí son mucho más manejables. En el escenario de Pedro Castillo, es totalmente distinto, la presión es exponencialmente más fuerte, por el plan de gobierno que se plantea.
¿La preocupación de Moody’s es un posible cambio del modelo económico?
El problema no es el modelo, es el funcionamiento del Estado, y la pandemia ha dejado muy claro que no funciona bien, tiene carencias brutales en su funcionamiento. Lo que se necesita es una reforma del Estado, y eso no es lo que se está debatiendo. Lo que se está debatiendo es tirar por la ventana el modelo económico o mantenerlo. Eso preocupa.
En la última semana, Pedro Castillo ha moderado sus mensajes. ¿Esto no ayuda a calmar la incertidumbre?
Si bien ayuda a reducir en algo la incertidumbre en cuanto a lo que podría venir económicamente, lo que genera es confusión en cuanto a qué es lo que uno puede esperar en un eventual gobierno. Lo que está escrito es lo que uno pensaría que es lo primordial o la base de las políticas públicas que se van a implementar en un nuevo gobierno. Estos giros generan confusión en los agentes económicos, que van a estar muy cautos.
¿Ha conversado con inversionistas del sector privado para conocer cuál es su sentimiento en este momento?
Varios de los inversionistas que invierten en el Perú, ya sea los financieros o quienes hacen inversiones reales en el país, están extremadamente nerviosos. Están hablando de vender todo lo que puedan al precio que sea para sacar sus recursos y liquidez fuera del país, porque tienen miedo que sus pertenencias, sus propiedades, sus inversiones, no solo pierdan valor sino que sean expropiadas.
¿Qué tipo de señal se necesita en este momento para que los candidatos demuestren que no habrá un desastre económico en un eventual gobierno?
Tendrían que ser varias cosas. Por ejemplo, que el mismo (candidato) Pedro Castillo busque un garante y genere compromisos. En cierto modo, el ejemplo de moderación que tuvo el expresidente (Ollanta) Humala en su momento para tranquilizar a los mercados, incluyendo un muy buen equipo de técnicos al que le va a delegar el poder de las decisiones económicas. Sin eso, la verdad que se ve muy difícil que el mercado, con los agentes económicos, se tranquilicen.
¿Un posible cambio de Constitución está dentro de las preocupaciones de Moody’s o de los inversionistas?
Completamente, el tema del cambio de la Constitución lo hemos visto en varias ocasiones en Latinoamérica. Cuando se da dentro de un país con instituciones débiles, por lo general termina con muy malos resultados y una extremada incertidumbre, porque se presta abuso del gobierno de turno.
¿No debe cambiarse la Constitución?
Todo el mundo pone el cambio de Constitución como “la bala de plata” que va a generar un cambio en el bienestar, pero no hay muchos ejemplos de evidencia en los países de la región y a nivel global. Lo mejor es hacer ajustes a lo que uno tiene entendiendo lo que funciona y lo que no funciona. Cambiemos lo que tenemos que cambiar, que es el sistema político y no el económico.
Un cambio de Constitución funcionó en el Perú de 1993...
Bajo otra época es cierto, porque lo que se cambió fue el modelo económico. Se mantuvo la idea de una economía social de mercado, pero donde hubo más apertura, que es justamente lo que hizo China. Cuando hubo mayor apertura económica es cuando tuvo mayor crecimiento y mayor integración en las cadenas de valor mundiales.
¿Una reforma institucional debe ir antes que una de un cambio constitucional?
Sí, una reforma judicial, porque tenemos uno que actualmente es lento y propenso a corrupción. Una reforma política como por qué en nuestro sistema de representación política claramente hay fallas y abre muchos espacios para la corrupción. Y una reforma del funcionamiento del Estado, que es enormemente ineficiente.
Subida del dólar y caída en la bolsa sí afectan a población
En las últimas semanas se ha observado un incremento en el tipo de cambio y una caída en el valor de las acciones de un grupo de empresas en la Bolsa de Valores de Lima (BVL). Frente a ello, desde Perú Libre, Vladimir Cerrón calificó estas acciones como una forma de estar “metiendo miedo” a la población, y preguntó: “¿Acaso el pueblo invierte en la bolsa?”.
Al respecto, Jaime Reusche explicó que en una economía globalizada, cuando se da un mensaje hostil al sector privado, es natural que este se asuste. “No es chantaje, es una reacción normal de susto”, añadió.
Además, explicó que tanto la subida del dólar como la caída de acciones en la BVL sí afectan al ciudadano de a pie. En el caso de un mayor tipo de cambio, impacta en los productos que se importan, como el trigo o el maíz, que son importantísimos para el pan o el pollo. Con un dólar más alto, esos productos pueden subir de precio.
“El ciudadano de a pie puede decir esto no me toca a mí porque yo no invierto en la bolsa, pero no puede estar más lejos de la verdad, porque estas empresas son las que generan empleo, las que generan valor, y si su nivel de actividad se reduce se afecta la economía”, precisó.