Rusia tiene suficientes compradores para su petróleo y gas a pesar de las sanciones impuestas por países occidentales y sus aliados en respuesta a la invasión a Ucrania, según un alto funcionario del Kremlin.
“No persuadiremos a nadie para que compre nuestro petróleo y gas”, dijo el jueves el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una sesión informativa en Turquía tras una reunión con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba. “Si quieren reemplazarlo por algo, que lo hagan, nosotros tendremos mercados de suministro, ya los tenemos”.
El comunicado se conoce cuando Europa, el mayor comprador individual de energía rusa, evalúa la probabilidad de interrupciones al suministro de gas mientras continúe la guerra con Ucrania. El continente, que depende de Rusia para aproximadamente el 30% del gas que consume, está tratando de reducir esa dependencia recurriendo a nuevos suministros, mejorando la eficiencia y utilizando más energías renovables.
Estados Unidos prohibió las importaciones de petróleo y otros combustibles fósiles de Rusia, medida que hizo subir los precios de los productos básicos desde la energía hasta los metales y los cereales.
El Reino Unido hizo lo propio, pero solo parcialmente, ya que no llegó a imponer un embargo total sobre las importaciones de gas.
Otros países europeos, que han estado lidiando con una crisis de suministro durante meses, se han mostrado reacios a tomar medidas similares. En su lugar, empresas petroleras y comercializadoras de crudo se han autoimpuesto sanciones e incluso se han retirado por completo de sus operaciones en Rusia.
Rusia, que actualmente envía gas natural a China a través del gasoducto Power of Siberia, ha estado en conversaciones con la nación asiática por otro importante acuerdo a largo plazo para suministros a través de Mongolia.
Actualmente, la infraestructura de gasoductos rusos no es capaz de redireccionar los flujos de gas hacia el este y oeste. Sin embargo, si se llega a un acuerdo, se construirá un interconector, lo que disminuirá la dependencia de Rusia de las compras europeas de su energía.