El gobierno de Estados Unidos minimizó la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso en represalia por la invasión de Ucrania, aunque dijo que seguía siendo una opción.
El presidente Joe Biden dijo que “nada está descartado” cuando los periodistas le preguntaron si el petróleo podría ser el próximo objetivo de las sanciones sin precedentes de Estados Unidos y Occidente contra Moscú.
Washington, junto con la Unión Europea (UE) y otros aliados, ya impuso sanciones destinadas a castigar la moneda rusa, el sector bancario, las aerolíneas, entre otros objetivos.
Sin embargo, con los precios del petróleo disparados en todo el mundo y la gestión de Biden bajo presión por la inflación interna, la Casa Blanca indicó que apuntar al petróleo de Rusia no era una prioridad.
“No tenemos un interés estratégico en reducir el suministro global de energía”, declaró la subsecretaria de prensa, Karine Jean-Pierre.
“Eso elevaría los precios en las gasolineras para los estadounidenses... Eso es algo de lo que estamos muy conscientes”.
Jean-Pierre dijo que, por lo contrario, centraban sus esfuerzos en debilitar la ventaja energética de Rusia -especialmente sobre una Europa altamente dependiente- a largo plazo.
“Nosotros y nuestros aliados y socios tenemos un fuerte interés colectivo en reducir con el tiempo el estatus de Rusia como proveedor líder de energía”, dijo.
Los precios del petróleo se dispararon el miércoles por encima de los US$ 113 por barril y el gas natural alcanzó un pico récord antes de bajar, a causa de las preocupaciones de los inversores por la intensificación del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Pero Estados Unidos y sus aliados occidentales ya han impuesto gran parte de los castigos económicos disponibles, por lo que bloquear el lucrativo sector energético de Rusia sigue siendo un arma potencial para una futura escalada.
“Cada barril de petróleo que sale de Rusia tiene sangre”, señaló el senador republicano Lindsey Graham, resumiendo la postura los conservadores, que presionan para Biden que sea aún más duro con Moscú.
Los países de la UE dependen de Rusia para cerca del 40% de los suministros de gas natural y alrededor de una cuarta parte de los de petróleo.
En cambio, solo el 8% de las importaciones de petróleo crudo y productos refinados a Estados Unidos provienen de Rusia, dijo Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.
Canadá, por su parte, anunció el lunes la prohibición de todas las importaciones de crudo ruso.