La escasa oferta mundial de cobre lleva a un veterano del sector a confiar en que los precios se mantendrán en niveles elevados a pesar de la incertidumbre económica causada por una nueva variante del COVID-19.
El metal utilizado en la construcción y el transporte debería mantenerse por encima de los US$ 4 la libra en los próximos tres a seis meses e incluso podría aumentar desde los niveles actuales de más de US$ 4.20, dijo Diego Hernández, presidente de la chilena Sociedad Nacional de Minería (Sonami), en una entrevista el martes.
Los inventarios de cobre en la Bolsa de Metales de Londres siguen cerca de un mínimo de 16 años, y los precios al contado se cotizan por encima de los futuros. Esa escasez está ayudando a proteger a la materia prima de referencia de las amenazas macroeconómicas, como la desaceleración de China y cómo el impacto de la variante ómicron del coronavirus afectará una recuperación mundial que ya es frágil.
Si bien otra ola podría afectar la demanda de cobre, el mundo está aprendiendo lentamente a vivir con el COVID, dijo Hernández, quien fue presidente ejecutivo de Codelco y Antofagasta Plc. “No esperamos medidas tan drásticas como las que vimos al principio de la pandemia”.
La perspectiva a corto plazo de Hernández fue más optimista que la del actual presidente ejecutivo de la estatal Codelco.
En declaraciones a la prensa el miércoles, Octavio Araneda dijo que los precios podrían dirigirse hacia los US$ 3.80 a US$ 3.90 la libra el próximo año cuando el mercado entre en un período de pequeños superávits.
Sin embargo, ambos coinciden en las auspiciosas perspectivas a largo plazo del metal. La transición hacia las energías limpias impulsará el crecimiento de la demanda, mientras que los vientos en contra de los principales productores, Chile y Perú, se suman a los desafíos de la expansión de la oferta, dijo Hernández.