De acuerdo con el diagnóstico de brechas de infraestructura o acceso a servicios en el sector salud, elaborado por el Ministerio de Salud (Minsa) a comienzos del año, el 77.8% (6,785 de 8,723) de los establecimentos de salud del primer nivel de atención, que se caracterizan por atender a la mayor cantidad de pacientes a nivel nacional, operaban con una capacidad instalada inadecuada.
Lo que implica -refiere Comex en su último semanario- presentaban una infraestructura precaria, equipamiento obsoleto, inoperativo o insuficiente, situación que también registraron el 51% (124 de 243) de los hospitales y clínicas del país.
“Desafortunadamente, a pesar de permitirse su funcionamiento, el Minsa estima que todavía se requieren un total de 281 establecimientos de salud de primer nivel y 66 hospitales nuevos para cubrir las necesidades habituales de la población”, apunta.
Estos problemas se agudizarían en departamentos como Madre de Dios, donde además de registrarse un 91% de establecimientos de salud de primer nivel con capacidad instalada inadecuada y un 50% en sus hospitales y clínicas, también se presentó, en los últimos años, uno de los menores presupuestos asignados para la inversión en el sector salud, con apenas S/ 8 millones en 2019. (Ver cuadro)
Si bien el estado de sus hospitales y clínicas podría parecer alentador, cabe resaltar que solo dispone de dos, la menor cifra a nivel nacional, solo igualada por Tacna, pero al menos este último departamento no presenta el problema de calidad y el presupuesto que se destina a la inversión en el sector salud equivale a casi 19 veces al de su contraparte, con S/ 151 millones.
Lo que evidencia la limitación de presupuesto y alerta sobre las complicaciones para corregir este problema.
Desafortunadamente, la pandemia solo agravará las brechas reportadas por el Minsa. No obstante, para Comex cuando se presentan dificultades para incrementar el presupuesto asignado a un objetivo, debe considerarse una reducción en los costos, sobre todo si esta es posible a través de una mejora en la eficiencia del sistema. Para ello, se requiere comprender mejor cómo operan estos servicios.
Dentro del consumo energético de los establecimientos de salud no solo se encuentra la energía eléctrica, sino también la térmica, la cual se destina al funcionamiento de las cocinas, calderas, lavandería, esterilizadores, entre otros. Si bien podría continuarse utilizando la primera para dichas labores, esto en realidad significaría un incremento en los costos de funcionamiento, según Jorge Becerra, jefe de la Oficina de Servicios Generales del Hospital del Niño de Breña, en el cual se implementó el gas natural en 2013, por ejemplo.
De acuerdo con estimaciones del sector, este último combustible podría generar un ahorro de hasta el 50% respecto de otras alternativas como el gas licuado de petróleo y el diésel.
Martín Gutiérrez, director de la Unidad de Comercios, Industrias y Grandes Clientes de Cálidda, explica que la transición hacia el uso de gas natural significaría una enorme liberación de recursos que actualmente se desperdician en combustibles menos eficientes.
“En particular, se estima que los hospitales de EsSalud y el Minsa podrían ahorrar hasta S/ 19 millones al año, lo cual superaría considerablemente a los cuatro menores presupuestos asignados por departamentos para inversiones en salud durante 2019, que se ubicaron debajo de los S/ 16 millones”, anotó.
“Evidentemente, si se aprovechara la eficiencia de este combustible, se generaría una liberación de recursos que permitiría financiar las mejoras requeridas en los establecimientos de salud. Si bien la pandemia ha generado nuevos problemas que deben priorizarse, no se debe olvidar el objetivo de cerrar las brechas de infraestructura, en calidad y disponibilidad, de los servicios de salud. Sobre todo, porque las complicaciones que actualmente enfrenta el sistema de salud se explicarían por ya haberlas abandonado antes”, puntualizó.