Si se encuentra en una situación con un gerente ineficaz, le aconsejamos tomar medidas proactivas para cambiar la dinámica. Puede que no tenga control sobre quién es su superior, pero sí puede controlar las creencias, suposiciones y narrativas que crea sobre la situación, así como el impacto de su comportamiento en quienes le rodean.
Reflexione sobre lo que realmente le molesta
A veces, las personas suponen erróneamente que otras personas (por ejemplo, su gerente) o situaciones (por ejemplo, la estructura jerárquica) deben cambiar para que sean productivas, estén comprometidas y colaboren. Esta es una falacia que lo pone en una mentalidad de víctima. Usted puede hacer un buen trabajo, esté contento (o no) con su jefe directo.
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Si está frustrado o está perdiendo el respeto por su gerente, nuestra primera recomendación es que se detenga y reflexione. Tenga claro lo que realmente le molesta. Mire más allá de “No agrega ningún valor”. Pregúntese:
— ¿Es un problema de tareas (no estoy de acuerdo con la forma en que hace las cosas) o de personalidad (no me gusta su estilo)?
— ¿Mi gerente es realmente incompetente o simplemente diferente de lo que esperaba de un líder?
— ¿De qué manera (si es que hay alguna) me siento amenazado, sin apoyo o ignorado?
Asuma su responsabilidad
Es raro que las situaciones sean completamente unilaterales. Los líderes emocionalmente maduros poseen la capacidad de asumir la responsabilidad por el papel que desempeñan en una dinámica. Por ejemplo, si se dan cuenta de que reaccionan a la defensiva durante las reuniones con su gerente, un líder emocionalmente maduro reconocerá que este comportamiento tiene consecuencias para la relación.
Invitamos a nuestros clientes a analizar cómo pueden estar contribuyendo a la situación mediante las siguientes preguntas:
— ¿Qué acciones he tomado que han agravado los desafíos con mi gerente?
— ¿Cuál es mi responsabilidad en esta situación?
— ¿Cuál es el costo de mi resistencia hacia mi líder?
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Sea parte de la solución
Ya sea que su líder sea nuevo y haya heredado el equipo, o que lleve tiempo en el puesto, él evaluará a cada miembro no solo por sus habilidades, sino también por su actitud. Mire más allá de sus frustraciones diarias y piense más ampliamente en cómo su comportamiento contribuye a su marca de liderazgo y a la contribución que quiere hacer. Esto le ayudará a aumentar su influencia, promover un entorno positivo y crear valor empresarial.
Las preguntas que pueden ayudarle a adoptar una postura más proactiva son:
— ¿Qué estoy aportando que sea beneficioso para el equipo en este momento?
— ¿Qué impacto están teniendo mis acciones en el resto del equipo o en mi reputación?
— ¿Cómo puedo mejorar el éxito colectivo del equipo y/o de mi gerente?
Si después de haber tenido una conversación honesta (consigo mismo) y discusiones críticas (con su gerente), sigue creyendo que su jefe es el problema principal, considere tomar las siguientes medidas.
— Busque apoyo: Pida consejo a colegas y mentores de confianza, busque ayuda de un coach o contacte a Recursos Humanos para abordar la situación con un enfoque orientado a la solución.
— Evalúe sus opciones: Si la situación no mejora, puede que sea el momento de tener una conversación crítica consigo mismo y considerar si seguir en su trabajo actual es beneficioso para su carrera y su bienestar. Tal vez, seguir adelante sea la mejor opción.
Por Sarah Mann y Luis Velásquez, ambos coach ejecutivo.
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