En el 2020, debido a la pandemia, el 91% de las empresas atravesó cambios significativos en sus procesos, asegura Gartner. “La palabra cambio ya es moneda corriente, no es exclusiva de ninguna disciplina. El cambio es algo que nos pasa en todo momento”, señala Carolina Parrella, cofundadora de Real Mindset Station en Argentina.
Sin embargo, Gartner revela también que el 81% de los líderes de Recursos Humanos considera que su organización no responde rápidamente a los cambios requeridos. Esto debido a que el diseño del trabajo, centrado durante años en la eficiencia, ha dejado a muchas organizaciones con estructuras rígidas, y con flujos de trabajo, diseño de roles y redes que no satisfacen las necesidades actuales ni se adaptan a los rápidos cambios.
Según una encuesta de Michael Page, más del 80% de sus clientes indica que la adaptabilidad, el cambio y la toma de decisiones rápidas son esenciales. Es por eso que hoy las tres primeras capacidades del futuro laboral ya no son competencias técnicas, sino blandas. Entre ellas destaca la adaptación al cambio.
¿Cómo adaptarse al cambio?
Una de las metodologías que permite que los trabajadores se adapten al cambio es la del change management (gestión del cambio), que busca, a través de un proceso y herramientas, liderar el cambio hacia las personas para lograr un resultado deseado, de manera que la transición sea más efectiva en tiempo, recursos y el estado emocional de los colaboradores.
“La gestión del cambio ya no es una práctica de consultores, sino que es una capacidad a desarrollar en los profesionales que trabajan dentro de la organización”, afirma Hernán Pisotti, también cofundador de Real Mindset Station. En este contexto, la gestión del cambio dejará de ser una competencia deseable para ser una capacidad requerida por todos en una compañía.
En detalle, Parrella explica que la gestión del cambio se trata de que las personas sepan, quieran y puedan gestionar el cambio. Que quiera, tiene que ver con la motivación y el esfuerzo de cambiar. Que pueda, es que tenga las herramientas para hacerlo (lo más fácil). Pero lo primero —el saber— es estar consciente de que se necesita cambiar.
Real Mindset Station ha creado la metodología “Be a Changer”, que toma los principios del change management y los adapta a una realidad incierta, que alinea el proceso de cambio de la organización con el propósito de las personas. ¿El resultado? Tener una mirada holística del cambio.
“No brindamos una fórmula única para enfrentar los cambios, sino que ayudamos a desarrollar tres habilidades que servirán para el cambio que se necesita atravesar hoy y en el futuro: definir una visión de futuro inspiradora, ser capaz de desarrollar un plan con objetivos concretos y medibles, e identificar cómo lograr la adhesión emocional de las personas”, explica Parrella.
El proceso
Los cambios, finalmente, van a darse y uno se va a terminar adaptando a ellos, aunque no quiera. “El punto es a qué costo para uno y para la organización”, resalta Pisotti. “¿Cuál es el nivel de desgaste que el equipo o el proyecto no tenga la capacidad de adaptarse a las situaciones que se están dando?”, agrega. La clave está, entonces, en el tiempo y la salud mental.
Para aprender a cambiar —porque se puede— la metodología “Be a Changer” le da mucha importancia al proceso de conciencia personal. “La mayor capacidad de cambio se tiene cuando uno se da cuenta de cómo le impacta a uno la incertidumbre, cómo uno responde ante una situación en la que tiene menos control del que pensaba”, dice Pisotti.
La forma más rápida de hacerlo es revisando el estado emocional. La emoción es la que marca el nivel de flexibilidad y adaptabilidad de una persona. La frustración es su límite. “Invertir en el estado emocional es lo que permite ir adaptándose”, refuerza Pisotti.