En las salas de estar del mundo, las luces de Navidad de este año cuentan una complicada historia de guerra comercial que se extiende hasta Vietnam.
Durante muchos años, las luces navideñas se produjeron casi exclusivamente en China, pero el aumento de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos obligó a muchos compradores a adquirir los productos en otros lugares. Un país que ha resultado ser un claro ganador es Vietnam: los envíos marítimos de luces navideñas desde Vietnam a EE.UU. aumentaron más del doble en los primeros 10 meses del año desde el mismo periodo en 2018, según datos de aduanas de EE.UU. Al mismo tiempo, las importaciones estadounidenses de luces chinas cayeron 49%.
Una mirada más profunda a los datos y las discusiones con expertos en comercio y empresas revelan una historia compleja.
Las luces de Navidad siguen un patrón que se está volviendo familiar en las listas arancelarias estadounidenses: los proveedores chinos están encontrando formas de deshacerse de la etiqueta “Hecho en China” para evadir las sanciones, utilizando países vecinos como Vietnam para transportar mercancías a través de las fronteras, volver a etiquetarlas y enviarlas a EE.UU.
No hay duda de que Vietnam está atrayendo inversiones extranjeras legítimas y negocios manufactureros, y lo había estado haciendo bien antes del presidente que el Donald Trump comenzara a sacudir las cadenas de suministro mundiales. Sin embargo, la guerra comercial ha aumentado el riesgo de tráfico ilegal de mercancías, poniendo a Vietnam en el centro de atención.
Los chinos “son muy buenos para producir valores bajos y volúmenes altos con una cierta cantidad de habilidad que no se puede mover o replicar fácilmente”, asegura Deborah Elms, directora ejecutiva del Centro de comercio asiático en Singapur. Las empresas tienen “enormes incentivos” para mover artículos de una manera diferente, con el fin de evitar aranceles elevados que pueden eclipsar los márgenes de ganancia, dice.
Es una conclusión ilustrada vívidamente en Vietnam, donde un tramo de tres cuadras consecutivas en el casco antiguo de Hanói está lleno de tiendas minoristas de Navidad en esta época del año.
“Hay algunas compañías locales que trajeron material, partes de China y las ensamblaron en este tipo de luces para venderlas”, explica Nguyen Thi Ha, una comerciante de 34 años a lo largo de Hang Ma, la calle que se caracteriza por la venta de artículos para las fiestas todo el año.
"No pueden producir por sí mismos porque les costará mucho más que importar partes de China para ensamblar", dijo en vietnamita a través de un traductor.
Las presiones de la guerra comercial han significado que más proveedores chinos inunden el mercado este año, dijeron varios comerciantes a lo largo de Hang Ma.
En mayo, la administración Trump impuso aranceles de 25% sobre las luces navideñas de China, en comparación con 10% anteriormente. El artículo no está cubierto por el acuerdo comercial de fase uno que Estados Unidos y China alcanzaron a principios de este mes.
Para Au Anh Tuan, jefe de control y supervisión de aduanas en el Departamento General de Aduanas de Vietnam, limitar el flujo de mercancías ilegales es una lucha. Hasta octubre, los funcionarios habían descubierto cerca de 14 casos significativos de exportaciones con etiquetas falsas este año.
"Hemos estado trabajando con el ministerio de planificación e inversión para escanear minuciosamente la IED de China y Hong Kong", dijo en una entrevista en noviembre en Hanói. La inversión extranjera directa de China en Vietnam creció tres dígitos en 2019, según muestran datos hasta noviembre.
Tuan dijo que han estado analizando el valor de la inversión, y especialmente la escala de las fábricas y el uso de la tecnología, para determinar si los inversores buscan "establecer un lugar para ensamblar todas las piezas que trajeron de China". También verifican si los productos planificados están sujetos a los aranceles estadounidenses, una pista de que los inversionistas pueden estar tratando de evadir las sanciones.
Varias empresas de renombre, como Kyocera Corp., Sharp Corp.y Nintendo Co. han invertido en Vietnam desde que comenzó la guerra comercial, y otras lo han considerado activamente. La IED en Vietnam está en camino de alcanzar los US$ 35,000 millones este año, casi lo mismo que en cada uno de los dos años anteriores.
Ese éxito ha tenido un costo. El superávit en bienes de Vietnam con Estados Unidos subió a US$ 46,300 millones en los primeros 10 meses de 2019, un aumento de 39% respecto al mismo periodo del año pasado, lo que lo ha convertido en un objetivo para la Casa Blanca. Trump ha llamado a Vietnam un abusador comercial, y Estados Unidos ha aplicado aranceles de más de 400% sobre el acero vietnamita debido a acusaciones de transbordo ilegal.
Mientras tanto, las empresas del otro lado del mundo siguen preocupadas por sus propias revisiones dolorosas de la cadena de suministro, incluso alrededor de las luces de Navidad.
“Es una gran interrupción para las economías de escala que llevó años establecer”, asegura Frank Skinner, director de mercadeo de Wintergreen Corp., con sede en Georgia, cuya compañía importa luces y otras decoraciones navideñas. “Las empresas tardarán varios años en resolver esto. Para las compañías como nosotros, que también tienen una gran curva de demanda de estacionalidad, es mucho más difícil”.