Como en muchos otros sectores, la pandemia terminó por afectar el desempeño de varios negocios y aunque algunos optaron por cerrar, otros encontraron en la reconversión la fórmula que los ayudó a seguir adelante, tal y como sucedió con D&D Cowork and Shop.
En el 2018, los diez años de experiencia como arquitecta y diseñadora de interiores de Olenka Marquina fueron el punto de partida para que lanzara un nuevo concepto de oficinas ‘coworking’ de nicho y, desde ese entonces, D&D Cowork and Shop se convirtió en el único ‘coworking’ de arquitectura y diseño.
Pero con la llegada de la pandemia, los planes de crecimiento de la firma se paralizaron y aprovechando la acogida que había tenido el servicio de cafetería que ofrecían en sus 120 metros cuadrados de espacios colaborativos, su creadora tomó la decisión de reconvertirse y en el mes de julio reabrió sus puertas, esta vez como Lynch Café para volar.
Para esta nueva etapa, la firma invirtió US$ 50,000 en la remodelación del local ubicado en Chacarilla (Surco) y no hace mucho, después de atraer a nuevos clientes, la cafetería concretó una nueva ampliación de sus espacios, por lo que hoy ocupa un área de 500 metros cuadrados.
“El servicio de cafetería era una anexo de D&D, pero la necesidad nos llevó a desarrollar Lynch Café, que nació como algo chiquito pero hoy somos una cafetería de especialidad, que no se ha olvidado de sus inicios”, afirma.
Marquina asegura que para aprovechar algunos de los espacios colaborativos y diferenciarse de la competencia, en Lynch Café también ofrecen el alquiler de salas privadas para reuniones o capacitaciones.
“Como parte de la nueva normalidad, este tipo de espacios siguen teniendo demanda y nosotros hemos acondicionado baños en algunas salas privadas para cumplir con el distanciamiento social. Nos está yendo bastante bien porque quienes nos alquilan estos espacios también toman los servicios de la cafetería”, manifiesta.
Explica que como una muestra de lo bien que les está yendo, sus ventas han dado un salto exponencial. “El negocio ha crecido bastante, de tener ventas de 60 o 70 cuentas, hoy estamos en 120 cuentas y nuestras ventas de café molido también han crecido, ya no vendemos cinco bolsas al mes sino cerca de 50”, añade tras aclarar que a la carta de la cafetería, le han sumado la venta de productos congelados y envasados, además de productos cárnicos, embutidos y licores.
Asia
Como una clara muestra del potencial de crecimiento de la cafetería, desde el 30 de diciembre Lynch Café cuenta con un segundo local, esta vez en el Boulevard de Asia.
Pero, a diferencia de su primera apuesta en Chacarilla, en este nuevo local –que ocupa un área de 180 metros cuadrados y solo está habilitado para recibir a 50 personas, respetando las normativas dictadas por el Gobierno– solo brindan los servicios de cafetería y restaurante.
“Hemos apostado por este nuevo local porque hoy en día las familias buscan diferentes opciones en un solo lugar y en Lynch Café nos caracterizamos por eso. Aunque dependemos mucho de las decisiones que se tomen en el Boulevard de Asia, por el momento abriremos hasta mayo pero mantenemos la intención de que se mantenga abierto todo el año”, afirma.
Para esta nueva apertura, Lynch Café invirtió alrededor de US$ 200,000, pero Marquina aclara que como parte de la nueva normalidad, muchos negocios se han visto obligados a realizar inversiones adicionales en materia de bioseguridad y, en su caso, asegura que dicha inversión ha significado un 10% adicional a lo destinado en la apertura.
Tomando en cuenta la acogida de su segundo local, refiere que analizan la posibilidad de abrir una tercera sede. La Molina y Barranco figuran entre sus primeras opciones.