La pandemia ha redefinido la forma de trabajar, aunque hoy muchos ya han regresado a las oficinas, otros probablemente no lo harán, lo cual plantea retos para las empresas de coworking, ya que tendrán que seguir conviviendo con el ‘home office’.
Eduardo Salcedo, gerente general de Schereiber Business Center, recuerda que, al igual que muchos otros rubros, el coworking inicialmente tuvo un impacto muy negativo. “Los ingresos cayeron hasta un 80% al inicio de la crisis sanitaria, pero el sector se adaptó rápidamente, tanto desde el punto de vista sanitario, de tarifas y de oferta de servicios”, precisa.
Pero, de otro lado, reconoce que esta situación también ha generado la oportunidad de que se conozca a detalle la propuesta de tener una oficina compartida, cuyo modelo es mucho más ágil y flexible que el de una convencional, especialmente bajo el modelo virtual, que es el core de su negocio. “Hemos captado compañías que nunca pensaron que podían operar en remoto y muchas otras se están cuestionando el seguir con su modelo presencial”, precisa el ejecutivo.
Tan es así que, para este año la proyección es que los servicios de oficinas virtuales -plataforma en la que se replica el funcionamiento y filosofía de un espacio de coworking tradicional- crecerán un 50%; mientras que a partir del 2022 avanzarían a un ritmo de 21,3% anual, estima.
Precisamente, detalla que, antes de la pandemia tenían a unas 200 empresas trabajando y ahora son 400. “Ser parte de una oficina virtual te permite tener domicilio fiscal, soporte de correspondencia, central telefónica, acceso a oficinas y a salas de reuniones por horas. Al trabajar desde casa muchas empresas están viendo que esta una solución muy factible a largo plazo”, explica.
Sostiene, además, que este es un nicho bastante competitivo, ya que son entre 20 y 30 firmas las que a la fecha participan en el país. “Es muy fácil hacer una empresa de coworking virtual, solo se requiere de una inversión de US$ 30,000 a US$ 40,000 y de un espacio de 250 metros como fase inicial; no obstante, el verdadero desafío está en mantenerse en el tiempo, ya que muchas de las que ingresan quiebran”, asevera.
Hacía un modelo híbrido
En Schereiber, consideran que, las compañías (según su actividad) van a apostar por un modelo de trabajo híbrido, es decir, donde su personal trabaje de manera presencial ciertos días y otros de manera remota.
Salcedo da cuenta que un reciente estudio de PricewaterhouseCoopers, la mitad de los ejecutivos señaló ver como una opción implementar el trabajo remoto permanente para los roles que lo permiten. Mientras que, la encuesta realizada por Opino Investigación de Mercado destacó que el 81% de empresas considera que el desempeño de la mayoría de sus empleados ha mejorado o se ha mantenido trabajando remotamente. Sin la pandemia, muchos no hubieran descubierto esto.
A la fecha, Schereiber Business Center cuenta con un edificio propio en San Isidro y una sede de campo en Cieneguilla de 5.000 metros. Esta última, adelanta, están adaptándola con estaciones de trabajo, al igual que San Isidro, ya que son concientes que mucha gente está optando por pasar este tiempo de pandemia en casas de campo alejados de la ciudad. “La idea es que las empresas afiliadas a nuestro servicio tengan la opción de que sus colaboradores pasen unos días de trabajo, pero en un ambiente distinto. Esperamos que las instalaciones estén listas en setiembre próximo, aunque dependerá del avance del proceso de vacunación contra el COVID-19”, asevera.
Finalmente, puntualiza que las oportunidades no solo se han abierto para el rubro de coworking y oficinas virtuales, también para muchas empresas de servicios, outsourcings, tecnología y automatización.