American Airlines. (Foto: AFP)
American Airlines. (Foto: AFP)

La mayor aerolínea de Estados Unidos,, sigue profundizando los resultados negativos por el “desplome histórico” de la demanda que ha provocado el COVID-19: cerró el primer semestre con unas pérdidas de US$ 4,308 millones, pero ya siente el impacto de los rebrotes y ajusta su negocio en consecuencia.

Entre abril y junio, la corporativa con sede en Texas perdió US$ 2,067 millones que, sumados a los US$ 2,241 millones en rojo del primer trimestre, agravan una situación no vista desde la crisis financiera del 2008 y ante la que sus directivos prefieren ser cautos, aumentar la liquidez, conservar el efectivo y reducir los costes, informaron.

American Airlines tuvo una facturación operativa de US$ 10,137 millones en el primer semestre, un 55% inferior a la del mismo tramo del 2019, pero entre abril y junio solo ingresó US$ 1,622 millones, lo que supone una caída del 86% interanual, pese a haber visto una cierta “mejora” de la demanda de pasajeros gracias a la desescalada tras “tocar fondo” en abril.

La aerolínea “se benefició” de la reapertura de los estados del Cinturón del Sol en junio pero esa tendencia “está a la baja” en julio, ya que concentran el grueso de los casos diarios de coronavirus en el país, y las reservas tienen ahora un descenso de entre 75% y 80%, sin muchos indicadores “de que eso vaya a mejorar”, dijo el máximo ejecutivo, Doug Parker.

"El ritmo se puede ralentizar por esta temporada de viajes floja, y la demanda se ve afectada por las últimas tasas de infección y las restricciones de cuarentena en estados y ciudades. En consecuencia, hemos modificado nuestra programación y esperamos un descenso de capacidad de 60% interanual en el tercer trimestre", agregó.

La aerolínea finalizó el mes de junio con una liquidez de US$ 10,200 millones tras recibir un préstamo de US$ 4,750 millones del Gobierno de Estados Unidos, que ofreció ayuda a las empresas más grandes de este sector para mantenerlo a flote, y emitir deuda por valor de US$ 1,200 millones.

Por otra parte, quemó una media de US$ 55 millones diarios durante el segundo trimestre y logró reducir ese ritmo desde los 100 millones en abril hasta los 30 millones en junio gracias a "una facturación más alta de lo estimado y el ahorro de las iniciativas de recorte de costes".

espera reducir sus gastos en US$ 15,000 millones para el conjunto del 2020, principalmente por el cierre de vuelos y rutas, pero también por la retirada de 150 aviones y la jubilación anticipada, reducción de horario o baja parcialmente remunerada de 41,000 empleados, además de la reducción de 5,100 puestos de gestión.

Aun así, sostiene que hay "unos 20,000 trabajadores más en plantilla de los que necesita para operar su programación de otoño", por lo que sugiere que habrá más despidos o suspensiones.

American Airlines apostó por aumentar su capacidad en el segundo trimestre para aprovechar una recuperación económica que no parece despegar en Estados Unidos y lanzó una alianza para ampliar su oferta nacional junto a la aerolínea , algo que Parker defendió asegurando que “en una crisis, todos intentamos ver lo que funciona mejor”.

No obstante, la firma ha anunciado planes para "reiniciar" su red internacional y en el 2021 espera reducir su capacidad en los vuelos de larga distancia un 25%, además de eliminar 19 rutas al extranjero en seis aeropuertos.

Los datos fueron divulgados antes de la apertura de la Bolsa de Nueva York y las acciones de American Airlines, que cotizan en el grupo del Dow Jones de Industriales, caían cerca de 2% en medio de una jornada negativa, tras en una primera buena reacción de los inversores.

Desde el comienzo del 2020, la aerolínea ha perdido el 60% de su valor bursátil.