La percepción de riesgo de los inversionistas sobre el Perú ha mejorado respecto a los niveles en que se ubicó en las semanas que siguieron al intento de cierre del Congreso de Pedro Castillo y en el punto más álgido de las protestas sociales.
“Ha pasado poco tiempo desde el autogolpe de Castillo. Si bien es cierto, aún hay incertidumbre, esta es mucho menor que la que se tenía en las primeras semanas tras ese hecho. Viene disminuyendo gradualmente”, dijo a Gestión Sergio Castro, director de la clasificadora de riesgo Apoyo y Asociados Internacionales.
En efecto, el riesgo país, medido a través del Credit Default Swap (CDS) a cinco años, se ubicó en 102 puntos básicos al 3 de marzo, mientras que al cierre de febrero estuvo en 110 puntos. El 7 de diciembre (fecha en la que Castillo intentó cerrar el Congreso) se ubicó en 116 puntos.
El CDS representa el costo de asegurar la deuda de cada país ante la posibilidad de incumplimiento de pago o default. A menor CDS, la prima se reduce, como reflejo del menor riesgo.
¿Por qué bajó la percepción de riesgo de los inversionistas extranjeros sobre el Perú?
El mismo indicador para Perú al cierre de enero se ubicó en 118 puntos y tomó un valor máximo de 121 el 5 de enero.
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Castro explicó que durante diciembre y principios del 2023 hubo una sobrerreacción en la percepción de riesgo de los inversionistas ante la escalada de protestas sociales en el país.
“De un momento inicial de una mayor preocupación sobre si la presidenta se quedaba o no, de quiénes serían los ministros, qué tan severo serían los bloqueos y qué tanto durarían. Estos aspectos se han ido aclarando. Independientemente de si el Congreso terminará con el adelanto de elecciones, la situación es más clara que en esas primeras semanas”, anotó.
Emisiones de deuda de empresas tendrán poca participación de extranjeros
Las emisiones de instrumentos de deuda (por oferta pública primaria) por parte de las empresas serán adquiridos principalmente por los institucionales que están en el mercado local, señaló Castro, quien también mencionó que podría haber presencia de inversionistas extranjeros, pero principalmente de aquellos que tengan conocimiento del mercado peruano.
“Inversionistas que están dentro del mercado local conocen qué es lo que pasa en Perú, y el reto es atraer a alguien que está por venir. La inestabilidad política dificulta ese ingreso. Si hay inversión en emisiones sería posiblemente de actores más regionales, por ejemplo, inversionistas chilenos de banca privada”, indicó.
Agregó que inversionistas institucionales con un horizonte de largo plazo, como las compañías de seguros, posiblemente no encuentren emisiones en el mercado peruano que calcen con sus obligaciones (en términos de plazo).
Este año, las emisiones de deuda en el mercado local han sido a través de instrumentos de corto plazo, según datos de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), continuando con la dinámica del 2022.
“Hay inversionistas de corto plazo como los fondos de inversión, que arman portafolios, invierten en distintos mercados, y si no les gusta algo, liquidan la posición y se van a otro mercado. Este no se cumple para los (inversionistas) de más largo plazo”, expresó.
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Mercado de deuda no se ajusta a necesidades de aseguradoras
“Las emisiones que hay en Perú no calzan con los requerimientos (en referencia al plazo de las emisiones) que tenemos para invertir, entonces tendríamos que buscar esa duración en otro tipo de inversiones o salir al extranjero para encontrar papeles que nosotros necesitamos”, indicó Andrés Uribe, Director de Finanzas, Inversiones y Tesorería del Grupo Mapfre.
Explicó que al ser una empresa de seguros, necesita emisiones de un horizonte amplio, carteras de 16 años a más, pues requiere que estas “empalmen” con las obligaciones de, por ejemplo, pensiones. Aunque las aseguradoras sí participan del mercado secundario (compraventa de valores que ya han sido emitidos en una primera oferta pública), acotó.
“La gran mayoría de las inversiones o requerimientos se vinculan al seguro de vida, por lo que nuestro foco es más a largo plazo. Con empresas de riesgos generales, con los que tenemos obligaciones a más corto plazo, buscamos inversiones a tres años, pero tampoco de tan corto plazo. Con las EPS, que son inversiones a un año, ahí si nos sirven las emisiones de muy corto plazo”, detalló.
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