La anemia infantil aumentó en el 2022, situación que se reflejó en la mayoría de regiones a nivel nacional.
Según datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la anemia por déficit de hierro afectó a 42.4% de niñas y niños menores de tres años de edad el año pasado, registro mayor al 38.8% observado en el 2021.
En particular, la incidencia fue mayor en el área rural (51.5%) que en el área urbana (39%). Por zonas, la prevalencia de la anemia se da sobre todo en las regiones de la selva (52.5%) y sierra (50.4%), que contrastan con la costa (34.4%).
La anemia solo descendió en siete regiones en el 2022, mientras que en las otras 19 (considerando a Lima Metropolitana y el Callao) se elevó respecto del 2021. Los incrementos fueron mayores en Huánuco (de 40.3% a 51.8%), Loreto (de 51.7% a 63.1%) y Lima Metropolitana (de 27.4% a 33.9%) - solo seis variaciones cuentan con significancia estadística-.
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¿Por qué aumentó la anemia en la mayoría de regiones del país?
Fernando Gonzáles, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), mencionó que la tasa de anemia infantil es un indicador social influenciado por la actualidad económica, y refirió que la inflación, sobre todo de alimentos, y el menor dinamismo de la economía se reflejan en la medición.
“Loreto, Huánuco y Lima (metropolitana), teniendo en cuenta que es una encuesta, tienen un nivel de significancia (estadística) alta; es decir, el incremento es claro en estos lugares. En general, lo que indican estas cifras es lamentable, pero no es del todo sorprendente, pues ya veníamos viendo un deterioro en el mercado laboral, con caída de los salarios reales (pérdida de capacidad de compra por la inflación), lo que significa que las familias tienen menos recursos para una alimentación de calidad. Esto afecta sobre todo a zonas urbanas, y Lima es principalmente urbana. Regiones con preponderancia rural, como Huancavelica o Huánuco, han pasado por el efecto de las crisis alimentaria por el incremento de precios de fertilizantes, y el precio de insumos para producir alimentos”, expresó.
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Miguel Pintado, economista e investigador del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), señaló que si bien no siempre se reduce este porcentaje todos los años, la inflación pudo haber sido uno de los factores que expliquen el deterioro visto en el 2022 por el golpe en el poder adquisitivo.
No obstante, opinó que el aumento del indicador también podría responder a cuestiones sociales o de estructura familiar.
“Sí influye el entorno económico, pero no necesariamente es lo determinante. Se trata de un grupo de niños menores de tres años, que dependen casi exclusivamente de la lactancia materna. Entonces hay otras causas, como el abandono prematuro de la lactancia materna por necesidades de trabajo, o porque físicamente no puede sostener (la lactancia) por tanto tiempo. Esto puede llevar a una ablactación (proceso mediante el cual se introducen a la dieta del niño, de manera progresiva, alimentos diferentes a la leche) incorrecta y esto hace que aumente la anemia. La maternidad prematura es otra de las causas”, apuntó.
¿Cuál es el impacto económico de la anemia?
Más allá de los impactos directos en salud atribuibles a esta enfermedad, hay otros indirectos sobre la educación y la productividad de la persona.
Según entidades como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en un estudio que analiza el impacto de la malnutrición, se mencionó la incidencia en el desarrollo de capacidades y los resultados educativos, y en la inclusión social y laboral. Ello tiene a su vez implicancias directas en términos de costos y pérdidas de productividad potencial y de capital humano.
En línea con ello, un estudio de Grade (Impacto económico de la anemia en el Perú) indica que la pérdida de desarrollo cognitivo de los niños por la anemia repercute en su futuro desempeño en el mercado laboral, lo que redunda en un menor salario.
Gonzales y Pintado señalaron también estos efectos para las oportunidades de las personas y para el crecimiento de la economía.
“El efecto de la anemia tiene un impacto en el corto plazo por la misma deficiencia nutricional, pero también en el largo plazo, pues afecta el desarrollo de los niños a nivel físico y cognitivo. Esto termina por impactar también el potencial del niño y su logro educativo, o adquirir experiencia de manera más rápida. Lo anterior afecta a nivel agregado al capital humano, la productividad de la economía, y condiciona el nivel de crecimiento económico hacia futuro”, indicó Gonzáles.
A reglón seguido, el economista indicó que el rol del gobierno central y los subnacionales es clave para superar este escenario.
“Se tienen que articular las estrategias ya probadas, como la entrega de suplemento de hierro para prevenir la anemia. Esta entrega se suspendió en el 2020 y parte del 2021, pero los efectos se arrastran, y por eso ahora vemos un incremento en el 2022. Para el Estado es rentable, tanto en términos económicos y sociales, invertir en suplementos o implementación de programas contra la anemia. Esto tendrá una alta rentabilidad en la medida que su población está más sana y, por lo tanto, más productiva, en favor del crecimiento. Cuna Más o Qali Warma incorporan este trabajo de lucha contra la anemia”, apuntó.
El costo de la anemia
- El estudio de Grade, publicado en el 2012, indica que la anemia costaba a la economía aproximadamente S/2,777 millones. De ese costo, el componente más importante es el asociado a los efectos en la edad adulta de la pérdida cognitiva que genera la anemia en los niños.