El factor COVID-19: La potenciación de la transformación digital y de los medios de pago sin contacto
La pandemia de la COVID-19 puso al mundo entero en una difícil situación económica, social e incluso política. Muchos negocios se tuvieron que hacer cambios estructurales en su estrategia y sus procesos, realmente reinventándose. También se presentaron cambios sustanciales en el comportamiento del consumidor. Esto dio paso quizás, a una de las mayores transformaciones en el sector de negocios tanto como en la sociedad misma.
Bajo esta coyuntura, sin embargo, una plataforma de valorización tácita se estableció en favor de una variedad de tecnologías y métodos de pago que, si bien existían antes, no eran del conocimiento o uso común de la gente.
El factor COVID-19 ayudó a potenciar una serie de transformaciones digitales en casi la totalidad de sectores económicos del país. Partiendo de la misma sociedad peruana, que tuvo que adaptarse a priorizar sus transacciones, compras, pagos y pedidos de manera digital. Los sectores: comercial, de servicios y productivo, tuvieron que adecuar sus medios de funcionamiento de manera que una opción digital siempre pueda estar disponible para los consumidores. Más aún, hemos podido apreciar cómo hospitales, tiendas, supermercados, taxis, restaurantes, emprendimientos, aeropuertos, bancos, buses y demás se unieron a la aceleración de la transformación hacia lo digital con el objeto de asegurar su propia continuidad y dar cumplimiento a las medidas de salubridad pública necesarias para impedir el contagio del coronavirus.
Parte esencial de este proceso, sea cual sea la organización que lo estuviera experimentando, era entender la necesidad de habilitar opciones de pago para compras, que no involucren el contacto directo. Si bien implementar o fortalecer el comercio electrónico fue el paso obvio de la mayoría de las organizaciones, muchas otras entendieron que para los trámites y procesos físicos se necesitaría una opción válida también, lo cual trajo consigo la promoción de los pagos sin contacto mediante tarjetas de crédito y débito que cuenten con esta tecnología, como la mayoría de las existentes en el mercado ya lo hacen.
Y es que, según investigación de Mastercard, existen 6 beneficios principales de los pagos sin contacto: la posibilidad de realizar pagos rápidos, el hecho de que estas tecnologías se posicionan como una opción más segura ante la coyuntura actual, la posibilidad de incrementar tu capacidad de gasto y adquisitiva, la mayor eficiencia de las transacciones comerciales, el tener mayor seguridad a la hora de realizar un pago, y la clara conveniencia que presenta frente a los métodos tradicionales de pago con contacto físico. Todos estos beneficios generan mayores índices de satisfacción en los clientes y empujan a la población a querer seguir inmiscuyéndose en el mundo digital.
En esta línea, un reciente estudio de America’s Market Intelligence reveló que, en el Perú, el 64% de los peruanos encuestados comentó que había cambiado el método de pago que usaba más seguido antes de la pandemia debido a la conveniencia y seguridad que uno sin contacto les brindaba. Además, más del 50% afirmó que ha reducido el uso del efectivo en sus vidas tras la pandemia.
Por otro lado, también cabe resaltar que la pandemia sirvió para poner en valor la necesidad de los consumidores de acceder a productos financieros, con 89% de los encuestados peruanos admitiendo que habían adquirido uno nuevo durante la crisis de salud por el COVID-19, lo que directamente beneficia a los niveles de bancarización del Perú y a las tasas de inclusión financiera en esta nación. Incluso, también se descubrió que el 50% de ellos ya usaban las plataformas digitales de sus respectivos bancos para realizar sus operaciones y el 38% manejaban sus aplicativos móviles.
Es claro, entonces, que el factor COVID-19 sirvió no solo para generar mayor consciencia sobre la forma en la que velamos por nuestra salud como comunidad, sino también para traer a la luz la gran oportunidad de desarrollo que existía respecto al crecimiento de nuestros mercados en línea, el aumento del uso de tecnologías de pago digitales y la necesidad de bancarizar a nuestra población, lo cual, en mi opinión, nos quedará como una lección aprendida de por vida que empujará a la sociedad peruana y a todo el mundo hacia un futuro más digital y conectado; sin contacto, pero unidos.