Pobreza multidimensional preocupante
La semana pasada el Ministerio de Inclusión y Desarrollo Social (MIDIS) anunció que está trabajando con el INEI en el diseño e implantación de un índice de pobreza multidimensional. Todavía no se conoce que variables incluiría, pero estaría disponible a partir del 2021. A diferencia de otros países de la región como Costa Rica, Ecuador, Chile, Colombia, Honduras, México, Panamá y República Dominicana en el Perú solo se presenta la información relativa a la pobreza monetaria con supuestos y resultados cuestionables. Para este último indicador solo importa que la población tenga un ingreso promedio superior a S/. 344 mensuales, omitiendo las condiciones de alimentación, educación, vivienda, provisión de servicios básicos, empleo, protección social y estándares de vida en general. Lo llamativo luego del anuncio es que generó más críticas que beneplácito generalizado.
Un columnista del decano de la prensa nacional señaló que el indicador de pobreza monetaria es superior al multidimensional, olvidándose de todas las recomendaciones a nivel internacional. Afirma que la lista de carencias para clasificar a una familia como pobre es subjetiva. Es obvio que si se cambia la lista cambia el resultado, pero el gran argumento (¿?) es que la decisión de gasto pertenece a la esfera de la libertad individual. Uno entonces decide voluntariamente vivir en un cerro sin agua entubada, utilizando una letrina, sin recojo de la basura, en una vivienda precaria con piso de tierra y recibe ingresos sin protección social alguna.
La ex primera titular del MIDIS señaló lacónicamente que está de acuerdo que se tenga una medida multidimensional oficial; sin embargo, se preocupó más en señalar que hay que tener cuidado y evitar confundir o mal informar al ciudadano. En positivo, reconoció que la canasta básica para la pobreza monetaria es muy mínima. Por otra parte, el IPE anotó que la nueva metodología será útil. Sin embargo, con base a un conjunto de indicadores de salud, educación y condiciones de vivienda estiman a partir de la Encuesta Nacional de los Hogares que la pobreza se elevaría de 20.5% a 21.5%. ¿Son creíbles estos resultados?
Si este indicador se diseña en serio, muchos tendrían razón en asustarse. Según el Censo de 2017 el 31.8% de las viviendas del país tienen piso de cemento, 32.9% no tienen agua entubada, 41.4% no tiene desagüe público dentro de la vivienda. Julio Gamero de la OIT (2018) nos recuerda que sólo el 28.4% de la PEA cumplen los indicadores básicos y complementarios para calificar con empleo u ocupación decente. Tampoco hay que olvidar que el 40.1% de los niños entre 6 y 35 meses tienen prevalencia a la anemia (2020). La realidad peruana nada tiene que ver con el 20.5% de pobres o de solo 2.8% de pobres extremos oficiales.