Sobre Secada, tweets, polos y comunicación
(Disclaimer: este post no trata sobre las denuncias por maltrato familiar atribuidas a Pablo Secada)
Hace unos días el ¿aún? precandidato a la alcaldía de Lima por el PPC, el ciber ubicuo Pablo Secada, publicó un tweet que iba más o menos a tono con el titular de este post.
Un momentito: el rey de los selfies nos prometía polos por likes, una estrategia que no solo ha probado ser totalmente ineficaz para generar adhesiones sólidas y de largo plazo en redes sociales, sino que, a simple vista, parece una reafirmación de las viejas prácticas políticas clientelistas tan comunes en nuestras campañas: te doy un polo (una bolsa de arroz, fideos, leche), me das un voto.
Sorprendido por el ofrecimiento —vengo siguiendo el papel de Secada como regidor de Lima y me parece lo suficientemente inteligente como para no entrar en el mismo paquete de aquellos que sirven pisco sours por votos—, se me ocurrió expresar mi desacuerdo con la propuesta. Como respuesta, un escudero del precandidato salió con un innecesario ataque.
Delgada línea entre merchandising y clientelismo, sobre todo si la única información que tengo proviene de un texto de 140 caracteres. Quizás si antes de atacarme este personaje se hubiera tomado el trabajo de averiguar a qué me dedico, hubiera asumido que algo conozco de términos como merchandising y su uso, y hubiera evitado el ida y vuelta de tweets, que concluyó cuando el mismo Secada (o su community manager) se tomó el trabajo de responderme y aclarar el tema.
“Redacción infeliz”, “imagen falsa”. Celebro que el ¿precandidato? (aunque no sé si cuando se publique este post aún lo será) se haya dado cuenta de que un pequeño error en la comunicación, producto de un simple e inocente tweet, puede generar confusión en un votante, o producir en él el efecto inverso que el postulante busca.
El 2014 será un año cargado para la comunicación política. Las elecciones regionales y municipales nos pondrán nuevamente a merced de una serie de sujetos que son capaces de avergonzarse hasta el ridículo por un puñado de votos (creo que este video ya lo compartí antes, pero vale la pena verlo de nuevo para probar mi punto).
Nuestra clase política está acostumbrada a la peliculina y al figguretismo; tanto que ya se olvidó de que la imagen que proyecta una marca o una persona no es más que su identidad reflejada en una serie de acciones de comunicación. En esa lógica, valdría recalcar que la impresión que dejó el tweet de Secada es que la forma en que él asume la política es simple y sencillamente aquella del candidato que reparte dádivas, esperando que el pueblo le responda con un voto.
Las estrategias de comunicación política —las verdaderamente eficientes, aquellas que generan una base social que va más allá de la votación para acompañar y dar soporte y legitimidad a lo largo del tiempo a una gestión gubernamental— deben sustentarse en propuestas sólidas.
El asunto no pasa por la difusión adecuada de la comunicación, sino por el contenido de la misma. Solo con ese insumo la comunicación podrá cumplir su labor de conceptualizar y hacer llegar mensajes estructurados sobre la base de planes de gobierno con acciones concretas y con indicadores medibles en el tiempo. Por supuesto, a ello debe sumarse la tarea de vendernos al candidato-producto como un personaje empático, cercano, divertido o, en el caso de Secada, medio friki.
Sí, ya sé que hablo de un mundo perfecto. Disculpen que sea tan naif, pero creo que cualquier oportunidad es buena para jalarle las orejas a nuestros políticos y de paso, llamar la atención sobre que la comunicación en campaña va más allá de regalitos, bailecitos, discursos sin contenidos, puyazos arteros y la típica fotos del incómodo candidato cargando niños mocosos y besando caseras en los mercados.
La del estribo. Ojo con creer que las redes sociales son la panacea salvadora que llevarán al candidato al éxito. El presidente Humala ganó la elección de 2011 con una casi nula presencia en Internet; la señora Fujimori, con toda una maquinaria digital en contra, pasó a segunda vuelta, y el más “digital” de todos, PPK, llegó a un ínfimo 18.5% en primera vuelta.
En el tweet de respuesta final, Secada me dice “gracias por el link”. Se refiere a este video donde un señor, que sabe mucho más que nosotros de estos temas, explica claramente por qué la interacción en Internet es vacía y fútil si no tiene un correlato en el mundo real (creo que esto también lo he compartido antes, pero vale la pena).
En fin, agárrense que se viene un año lleno de cuchillos, bailecitos, asistencias a programas cómicos, reality shows de sillón rojo, puyazos, polos, pelotas y gorras. De todo como en botica.
Ojalá nomás que haya planes para analizar y que, sobre todo, sepamos escoger bien.