Vuelva siempre a la regla número 1
¿Es usted un empresario que está a punto de cambiar a su
agencia de PR pues no “consigue” que sus noticias tengan el despliegue en los
medios que “merecen”?
¿O un periodista que ha llegado al punto de registrar el
teléfono, correo electrónico, hobby,
talla de camisa, sabor de helado preferido, y otras generales de ley de aquel
relacionista público que lo llama insistentemente, con el objeto de evitarlo a
toda costa?
A pesar de su constante desazón frente al trabajo de los
comunicadores corporativos, hay algo que debe reconocer:
Nuestro aporte, bien entendido y aprovechado, puede ser una
herramienta útil tanto para organizaciones como para medios. Sin importar lo
dicho en los dos post anteriores (aquí
y aquí),
somos piezas fundamentales para los negocios.
Así que basta de flagelarnos y vamos con algunas ideas de
cómo podemos empezar a generar, desde este lado del escritorio, una relación lo
más productiva posible entre ambas partes.
Primero dejemos algo claro: no hay un ABC para este tema; si
bien existen manuales y teoría al respecto nadie ha redactado un “Coquito de la
Comunicación Corporativa” y si usted cree que logrará resultados exitosos
repitiendo la fórmula 1+1 = 2 para todos los casos, lo más seguro es que más
temprano que tarde la respuesta sea 725 (o cualquier otro número). Sin embargo,
sí es posible determinar al menos algunas pautas que nos permitan rayar la
cancha.
Llamémoslas, si nos parece bien, buenas prácticas.
Regla 1: cada vez que quiera difundir su “buena nueva” en un
medio de comunicación pregúntese, con total objetividad y así duela la
respuesta, lo siguiente: si yo fuera editor o director de un diario, noticiero
o web, ¿publicaría esta información? Analice el panorama. Deje de mirarse el
ombligo y creer que aquello que usted considera más importante que la renuncia
del Papa o el meteorito en Rusia es la noticia que debe, obligatoriamente,
detener las prensas.
Regla 2: evalúe la coyuntura. Cada situación a comunicar se
da en un momento particular y se inscribe dentro de una agenda periodística que
puede o no ser favorable para aquello que queremos difundir. El timing es básico. Infórmese y determine
hasta qué punto su noticia calza dentro de esa coyuntura.
Regla 3: encuentre la “pepa”.
Sí, aquella palabreja que repiten los periodistas y que de seguro usted ya debe
odiar, pero que es esencial para que un simple “hecho” se convierta en
“noticia”. ¿Tiene usted una cifra, un dato relevante, una declaración
importante que dar? ¿Esto enriquecerá la información que el medio ofrece a su
público? ¿Sí? ¿Está seguro? ¿Se le ocurre que titular “rompedor” tendría su
noticia de publicarse? Deténgase un
momento y vuelva la regla 1.
Regla 4: ¡Investigue! Conocer los intereses y temas
preferidos de cada periodista, así como la línea editorial de los medios,
evitará inundar las casillas de correo y las líneas telefónicas de esfuerzos
que solamente nos harán perder tiempo y no tendrán éxito alguno. Hacer su tarea
antes de empezar evitará frustraciones, molestias y el consumo incesante de
litros de antiácidos.
Regla 5: apunte bien. Tenga en claro quién está a cargo de
qué tema en cada medio. Llegue a ese periodista con mensajes claros y concisos.
Sea asertivo. Una llamada previa para asegurarse que el tema es de interés es,
en muchos casos, más apreciada que el envío masivo de impersonales correos cuyo
destino de seguro será la papelera de reciclaje. ¿Odia cuando lo llaman a las 8
a.m. para ofrecerle una tarjeta de crédito? Bueno, extrapólelo al momento en
que usted llama a un periodista. Nadie mejor para graficar estas impertinentes
interacciones que el gran Jerry Seinfeld.
Regla 6: ¿Listo? ¿Ya cumplió todos los pasos anteriores? ¿Siente
que ya tiene todo preparado para que su noticia se convierta en el titular de
mañana? Vuelva a la regla número 1 y cuestiónese de nuevo.
Ps: Lo olvidaba, pueden seguirme en Twitter @miguelon1321