Dada la reciente resolución que publicó la SBS, la cual tiene como objetivo principal el evitar prácticas que incentiven el sobreendeudamiento, una de las cuestiones que se desprenden de ello es saber cómo un cliente puede ser considerado como sobreendeudado.
Según el último Informe de Estabilidad Financiera realizado por la SBS, para el 2018 el ratio capital-ingreso (RCI) promedio de los prestatarios con deuda de consumo e hipotecaria es de 26%. Es decir, en promedio, la deuda que se mantiene entre consumo e hipotecas representan 26% del salario, lo que indica que los deudores destinan aproximadamente una cuarta parte de su salario a pagar sus deudas.
Ante ello, se desprenden cuestiones sobre el nivel “saludable” que una persona debería mantener para no caer en sobreendeudamiento, ¿cual porcentaje es este? y ¿qué otros factores también podrían considerarse para identificar a un cliente potencial a caer en sobreendeudamiento?.
Identificación del Sobreendeudamiento
Jorge Carrillo Acosta, profesor en Pacífico Business School, indica que el límite tradicional para considerar a una persona sobreendeudada, es que esta mantenga un porcentaje de su salario mayor al 30% en el pago de deuda. Es decir, por ejemplo, si se tiene un salario de S/ 1,000, solo tendría que destinar máximo S/ 300 para fines de deuda.
Otro criterio mencionado por Carrillo, se enfoca mas bien en la totalidad de la deuda en la que se incurre, y cuanto representa esta con respecto al salario. Es decir, en caso de las deudas a través de tarjeta de crédito, estas deben ser máximo tres veces el salario. De forma análoga, para créditos personales, la deuda debería representar como máximo cinco veces el salario de la persona.
El gerente de negocios de la Caja Cusco, Walter Rojas, por su parte, menciona criterios -además del porcentaje del salario en deuda-, los cuales sirven para identificar a clientes propensos a caer en sobreendeudamiento.
Rojas indica que las personas que mantengan relación, a través de tarjetas de crédito, con más de 4 entidades podrían ser candidatas a caer en sobreendeudamiento.
Sin embargo, indica también que, si bien existe una relación entre el número de tarjetas y el caer en sobredeuda, no se puede ser contundente en este criterio, pues muchos adquieren tarjetas solo por los beneficios que estas les dan en determinados establecimientos.
Otro criterio mencionado por Rojas, es que, si en los últimos 12 meses el cliente tiene pagos en sus deudas con la calificación CPP -cliente con problema potencial- (cuando los pagos suceden con un retraso mayor a ocho días después de la fecha establecida), estos son tomados como clientes potencialmente sobreendeudados. En específico, esto sucede cuando la calificación CPP se da en al menos seis de los pagos.
El refinanciamiento de los créditos también es considerado por Rojas, para identificar a un cliente que se ha superado su capacidad de endeudamiento. Aquellas personas que refinancian sus créditos en el doble o más del plazo original ya son consideradas sobreendeudadas.
Asimismo, bajo criterios de ingreso, Rojas indica que, de manera estándar, una persona que mantiene una deuda mayor al 40% de sus ingresos podría estar ya sobreendeudada. Sin embargo, este margen se podría extender hasta el 50%.
Recomendaciones
El profesor de Pacífico Business School, Jorge Carrillo Acosta, menciona tres recomendaciones si se está sobreendeudado.
La primera recomendación es acudir a la entidad financiera para el refinanciamiento de la deuda, pues el dejar de pagar no debe ser una opción. Si bien, esto puede tener repercusiones en la consideración del cliente por las centrales de riesgo en un primer momento, esto sería momentáneo hasta que la persona se estabilice en sus obligaciones.
La segunda recomendación es el uso de los ingresos estacionales como la gratificación, CTS, etc. Estas remuneraciones por estación pueden ser dirigidas a amortizar las deudas más caras, como, por ejemplo, los créditos de consumo o la disposición de efectivo.
Por último, la tercera recomendación, es empezar con una organización en las finanzas personales. Es decir, realizar un presupuesto personal y trazar límites en torno al uso, en este caso, de crédito. Es importante tener una cuenta de los gastos mensuales que se mantienen (desde los más importantes hasta los más prescindibles) para poder así tener noción de si se puede incurrir en una nueva deuda.