:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/K7U5I2AJBJH5ZCO4GDW7JDSU6E.jpg)
Ante mayores gastos, ciudadanos acuden a deudas con la banca, pero a plazos más largos.
Los créditos de consumo se daban a tres años (36 meses) de plazo en promedio, sin embargo, ahora se otorgan hasta por cinco años (60 meses), dijo Walter Rojas, gerente central de Negocios de Caja Cusco.
Con esto, logran que las cuotas del préstamo sean menores y evitan perjudicar la capacidad de pago del cliente, señaló.
Especialistas coinciden en que el escenario complejo y la subida de tasas de interés de financiamiento, implican algunos ajustes en la solicitud de crédito para que sea aprobada.
“La economía se está contrayendo, entonces hay un mayor nivel de desempleo e ingresos que no están siendo suficientes para cubrir los gastos de las familias pues también estamos en un contexto inflacionario”, comentó Yang Chang, docente de Finanzas de la Universidad de Piura.
LEA TAMBIÉN Créditos a empleados de empresas crecen el triple que para estatales
Por ello, hay muchas personas que están viendo la manera de solventar sus gastos en el corto plazo, ya sea ajustando su presupuesto o tomando deuda a plazos mayores para poder calificar.
Explicó que la entidad financiera calcula el flujo de caja libre del cliente y la cuota no debe superar el 30% de este monto; aunque, el mayor costo de vida complica el acceso a un crédito.
Si el solicitante posterga el pago de sus obligaciones por más meses, la cuota se reduce y puede calificar al financiamiento, acotó.
Chang precisó que esta toma de deuda a mayor plazo responde tanto a la solicitud del cliente como a la oferta cautelosa de las entidades financieras.
“La banca también es más estricta en el otorgamiento de préstamo pues se prevé un incremento en la morosidad en los próximos meses, incluso la SBS las presiona a tener provisiones adicionales”, expresó.
LEA TAMBIÉN Cuotas de hipotecas suben 25% y frenan acceso a vivienda
Asimismo, el docente recomendó a los clientes evaluar si el shock en su situación económica es temporal o permanente.
Si es un problema temporal, no habría inconveniente en continuar con el financiamiento; de lo contrario, no debería incrementar sus obligaciones con el sistema sino reducir sus gastos y adecuar su presupuesto al nuevo nivel real de vida, detalló.