Fue en agosto de este año que el Gobierno permitió la reanudación de actividades de turismo de aventura, en tanto en los últimos meses se empieza a observar un mayor interés por realizarlas.
La Asociación Peruana de Turismo de Aventura, Ecoturismo y Turismo Especializado (APTAE) señaló a Gestión.pe que dichas actividades se realizan bajo el “Protocolo sanitario sectorial ante el COVID-19 para turismo de aventura, canotaje y caminata” emitido por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Al respecto, el presidente del gremio, Francisco Basili, señaló que la reactivación de las actividades de turismo de aventura se vienen recuperando lentamente en línea con el levantamiento de algunas restricciones del Gobierno, como por ejemplo, la circulación de vehículos privados los días domingo y el permiso de menores de 12 años para salir sin restricciones.
Recuperación por ‘pisos’
La lenta pero segura recuperación de este sector también responde a la recesión económica que vive el país, donde miles de peruanos han perdido su empleo, por lo que no acuden a lugares lejanos, señala Basili.
De este modo, dijo que la reactivación del turismo de aventura se recupera por pisos, siendo el primero el ‘Interregional’, donde el público practica turismo de aventura dentro de sus mismas regiones.
Detalla que en el caso de Lima Provincias, el público viene acudiendo a Lunahuaná, Paracas y Cañete; el público de Arequipa acude al Cañón del Colca, mientras que en Áncash el público se dirige a Carhuaz o a Chimbote.
“En Lunahuaná, después de más de ocho meses de inactividad se ha empezado a ver turistas para lo que es canotaje. En destinos como Cusco se ha empezado a tener caminatas y actividades de bicicleta. Si bien los lugares icónicos de la caminata en el Perú como el Camino Inca todavía no han levantado vuelo, otros destinos para el turismo nacional sí lo han hecho”, mencionó.
El segundo piso de turismo de aventura que se recupera es el ‘Biregional’, donde el público sale de su región para acudir a otra. Así, desde Lima los turistas se están dirigiendo a las playas del norte y a la Selva Central (Oxampampa, Huánuco y Cerro de Pasco). En el caso de Tacna, señaló que se el público se está dirigiendo a Moquegua; y de Moquegua a Arequipa.
Horas y sin variación de precios
El ejecutivo indicó que actualmente el tiempo que toma el público para llegar a un destino para desarrollar turismo de aventura varía de acuerdo al turista.
Así, dijo que algunos prefieren lugares más cercanos de una hora distancia como Pachacamac en Lima en donde se puede hacer bicicletas de montañas, caminatas o rápel; o Cieneguilla donde también se puede realizar bicicleta de montaña.
En tanto, otros eligen destinos de hasta 4 horas como punto más alejado -tomando como ejemplo Paracas- y a partir de ese momento recién se realiza las actividades que demandarán otro par de horas, de acuerdo a lo que elija el turista a través de las agencias de viajes u operadores.
Según precisó, el costo que demanda realizar actividades de turismo en el país no ha variado debido a que estas dependen de un componente primordial: la seguridad.
Explica que dicha seguridad está compuesta por dos factores, siendo el primero de ellos el factor humano, donde el equipo que guía el desarrollo de actividades son especialistas en turismo de aventura, de manera que puedan brindar la seguridad necesaria (primeros auxilios, cambiar cadena de bicicletas, rescate en actividades en el río, etc) en cada una de las modalidades.
El segundo componente de la seguridad, detalla, está vinculado al equipo físico para realizar las actividades. A modo de ejemplo, señala que para realizar rápel se debe se realizar con una soga especial que pueda soportar el peso de quien realice este deporte.
“Esos dos factores hacen que no se pueda reducir demasiado los costos en el turismo de aventura. Un tercer factor es la formalidad, pues para que una empresa pueda poner los servicios de forma segura debe ser una empresa formal”, dijo Basili.
Detalló que el costo por desarrollar estas actividades varía de acuerdo a las horas que se llevará a cabo cada ejercicio. Así, dijo que precio promedio arranca desde S/ 50 (por una hora) a más de US$ 100.
Las 16 modalidades de turismo de aventura que se pueden realizar en el país:
- Ala Delta: consiste en planear y realizar vuelos en el aire mediante el uso de un mecanismo construido sin motor y en donde el despegue y aterrizaje se efectúan a baja velocidad.
- Barranquismo: consiste en descender barrancos en el curso de un río, combinando natación y escalada para salvar los obstáculos naturales.
- Buceo: consiste en sumergirse en cuerpos de agua, ya sea el mar, un lago o un río, con o sin ayuda de equipos especiales.
- Cabalgata: consiste en acceder a zonas preferentemente agrestes en caballo.
- Canopy / Zipline: consiste en deslizarse desde una superficie a otra a través de una polea suspendida por cables montados en un declive o inclinación.
- Ciclismo: consiste en recorrer circuitos al aire libre, en pista cubierta o en diversas superficies en bicicleta.
- Esquí: consiste en deslizarse por la nieve, por medio de dos tablas sujetas a la suela de las botas del esquiador mediante fijaciones mecánico robóticas, con múltiples botones con funciones diversas.
- Escalada: consiste en realizar ascensos sobre paredes de fuerte pendiente valiéndose de la fuerza física y mental.
- Espeleología o exploración de cuevas: consiste en adentrarse en cavidades naturales del terreno causadas por algún tipo de erosión de corrientes de agua, hielo o lava, o una combinación de varios de estos factores.
- Kayak: consiste en desplazarse por la superficie de un río, lago, laguna u océano en una canoa, en donde el usuario va sentado mirando hacia el frente, con un remo de dos palas que lo impulsa.
- Kite surf: consiste en deslizarse en el agua sobre una tabla mediante el uso de una cometa de tracción que tira del usuario por líneas.
- Parapente: consiste en utilizar un equipo aerodinámico, ultra liviano y flexible que utiliza la fuerza de tracción humana para despegar y aterrizar.
- Puentismo: consiste en lanzarse desde un puente u otro lugar situado a gran altura, sujetándose a este mediante una cuerda atada al cuerpo de la persona.
- Rápel: consiste en descender desde un punto fijo - saliente de roca, pitón, árbol – por medio de una doblada de cuerda y, a continuación, recuperarla desde abajo estirando uno de los extremos.
- Sandboard: consiste en descender dunas o cerros de arena con tablas especiales.
- Tabla a vela: consiste en desplazarse en el agua sobre una tabla, provista de una vela articulada que permite su rotación libre alrededor de un sólo punto de unión con la tabla.