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Nancy Portugal Pradonancy.portugal@diariogestion.com.pe

Si bien el término se hizo popular en la década del 50, el queso y el vino nacieron para estar juntos. En el imperio romano, ya era una costumbre combinar la grasa y la proteína de uno con la sensación tánica del otro. El resultado: magia.

"No existen formas correctas en el maridaje, solo sugerencias", anota Jorge Llanos, profesor de enología, cata y maridaje de . Para el queso y el vino, la pauta a seguir está en la intensidad.

Un queso suave y fresco se acoplará muy bien a un vino joven; otro medianamente maduro, a un rosado; y un queso de sabor y aroma fuertes, requerirá como acompañante a un vino tinto añejo.

Velada de saboresLlanos destaca que "para abrir una velada de quesos y vino, se puede iniciar con un queso suave como el cottage y maridar con un chardonnay o un torrontés".El siguiente queso sería un emental, que Llanos describe como "amablemente dulce", seguido por un brie, de sabor más intenso.

El cierre lo puede poner un queso fuerte, de pasta dura, como el manchego (queso de oveja) que requiere de un vino intenso como un oporto, un cabernet sauvignon añejo o un shiraz australiano.

Noche gourmetEn Lima, las vinotecas y winebars ofrecen tablas de quesos y recomiendan vinos para maridar. Según Llanos, dependiendo el tamaño de la tabla, un establecimiento puede cobrar entre S/. 60 y S/.200 por la experiencia completa.