A pesar del encierro, Jorge “Pelo” Madueño no para. El cantautor lanzó el año pasado su más reciente disco, “XXX”, una producción con una treintena de canciones inéditas y de diversas etapas de su carrera. Estaba en plena promoción del disco cuando cayó la cuarentena. Eso no impidió que el cantante se atreviera a lanzar en este tiempo el videoclip de uno de sus sencillos y que ya prepare otras sorpresas.
Lanzar un videoclip en esta coyuntura, ¿no es arriesgarse demasiado?
La promoción de un disco no debe parar. Además, ¿cuál es la mejor coyuntura para lanzar una canción en este país? Nunca se sabe. A veces uno se pregunta si le darán atención o no, pero da igual. La gente que sigue tu trabajo lo va a escuchar.
Tu carrera, además, se ha caracterizado por ir a contracorriente…
Si intentas ir a la conquista de un público nuevo, mejor haz música comercial. Yo renuncié hace mucho tiempo a ser un artista superpopular en el Perú. Lanzo una canción en cualquier momento y los que quieran seguirme, que lo hagan. No intento cambiar la vida con ello. Creo más en producir y crear que en tener resultados de cifras.
Todos tuvimos que adaptarnos al teletrabajo, ¿cómo es el caso de los músicos?
Hace muchos años, por sanidad y espacio, separé mi vida personal de mi estudio. Ahorita está cerrado. Sin embargo, en mi casa tengo una guitarra, lo mínimo.
¿Y eso ayuda?
El hecho de quedarse solo con la guitarra acústica y con pocas cosas te devuelve al origen de las canciones. Sin embargo, hace mucho tiempo que la música, la composición y la producción utilizan la computadora como una herramienta. En ese sentido, no me he visto afectado.
El miedo, el encierro, todo lo que se dice en esta pandemia, ¿qué tanto influyen en tu forma de crear?
La composición, en mi caso, viene de un aislamiento. Es el estado en que me pongo para que las canciones se fijen en mí. Por eso digo, medio en broma, que los artistas vivimos en aislamiento social la mitad de nuestras vidas, una cuarentena autoimpuesta o elegida.
Has compartido un live con tus fans. ¿Qué impresiones te dejó?
A diferencia del concierto, que es una celebración, un ritual donde hay energía en común, en los live tienes una cercanía distinta con la gente. Se plantea una comunicación más directa. No solo se canta, se contestan preguntas. Es un formato al que nos vamos a tener que acostumbrar porque ya no habrá conciertos.
¿Porcentualmente, cuánto representaban los conciertos en tus ingresos?
Un 50% a más. En este país los músicos, los teatreros, los danzantes vivimos de los shows, no tanto del derecho de autor. Es una situación dura en la que tenemos que encontrar salidas.
¿Qué te has planteado?
Los conciertos virtuales de pago empezarán pronto. Vamos a tener que hacerlo. La posibilidad es buena porque a nivel creativo se pueden plantear distintos formatos. Y cuando se levante la cuarentena esperamos hacerlo desde los estudios, con mejor infraestructura, mejor sonido que cuando se hace con el micro del teléfono. Aunque eso también tiene su encanto.
¿Qué tan rentable pueden ser en el Perú?
La gente que sigue a un artista lo quiere ver en vivo también, incluso ahora sin desplazarse físicamente. Mientras ofrezcamos cosas de nivel, puede funcionar. Hay que confiar en quienes lo siguen a uno.
En todo caso, eres consciente de que se vienen tiempos difíciles...
La cultura ha sido relegada constantemente de las políticas de gobierno. Ahorita el sector va a ser uno de los más golpeados porque no está institucionalizado. El error de las décadas pasadas ha sido tratarla como un ornato, únicamente una forma de entretenimiento.
¿Cómo la defines tú?
Es identidad, es el fondo de los pueblos, algo que nos da riqueza personal y colectiva. Este tiempo nos ha servido para poder acercarnos a un libro, analizar canciones y tener otra perspectiva frente a productos artísticos.