Un dolor de cabeza para algunos y un alivio para otros, el teletrabajo llegó para quedarse. Sin embargo, no en todas las empresas funciona y tampoco en todas es necesaria la presencia de los colaboradores. ¿Cómo serán las oficinas cuando acabe la pandemia?
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Luis Miguel Castro, gerente corporativo del área de Consultoría Inmobiliaria de Binswanger Perú, plantea un modelo híbrido: un sistema en el que los empleados tengan la flexibilidad de trabajar desde la oficina o desde cualquier otro lugar en el que tengan acceso a las herramientas que necesitan para realizar su trabajo.
“Van a tener que crear un ecosistema en el que el trabajador escoja en qué espacio puede ser más productivo. Estos espacios deben promover el desplazamiento de la persona. Por ejemplo: un colaborador puede trabajar por la mañana en la oficina y por la tarde hacer teletrabajo o incluso trabajar el resto del día en las áreas comunes que le brinda el edificio, permitiendo así que la empresa pueda colocar a otro colaborador en el mismo espacio. Si a esto se le suma una jornada de días intermitentes, se podrá rotar hasta cuatro veces el mismo espacio”, señala en diálogo con Gestión.
Castro indica que otro aspecto importante es la tecnología: las empresas han empezado a implementar en sus oficinas muchos elementos tecnológicos para tener el menor contacto posible con los materiales, como sensores de movimiento para aperturar puertas, controles de asistencia biométricos de retina, sistemas de luces que se activan y desactivan con sensores de movimiento, activación de voz para encender pantallas, aire acondicionado, etc. Además, las empresas recurrirán más a las superficies plásticas, pisos vinílicos y laminados, y prendas que soporten detergentes más fuertes.
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Según Castro, los edificios empresariales que tendrán protagonismo serán los que consideren implementar camerinos, duchas y abundantes estacionamientos para bicicletas y scooters. El especialista pone como ejemplo Torre Plaza República II, en San Isidro, que está en su fase de construcción y que ha considerado estos espacios comunes.
¿Esta tendencia aplica a las PYMES? Las pequeñas y medianas empresas que apliquen el sistema híbrido apostarán mucho por el coworking o a seguir adaptando sus oficinas a las normativas de seguridad solicitadas por las autoridades, indica Castro.
Sin embargo, recalca que estas adaptaciones no generan un aumento significativo en los gastos de construcción y que por ende no tiene por qué repercutir en los precios de los alquileres. “El costo de estas implementaciones no llega ni al 1% de los gastos de la obra”.
“Los edificios empresariales que tendrán protagonismo serán los que consideren implementar camerinos, duchas y abundantes estacionamientos para bicicletas y scooters”
Ceñirse a las normativas
Por su parte, Zoila García, CEO de B&M Projects y especialista en asesoría y gestión municipal para la obtención de licencias y certificado ITSE, indica que las adaptaciones que se hagan dentro de un edificio o una oficina deben ir de la mano con las normativas municipales.
García explica que- actualmente- los municipios como San Isidro y Miraflores exigen un plano de distanciamiento social de las oficinas y almacenes, que consideren una reducción de entre 40% y 50% de aforo. Y en los almacenes ubicados en distritos como Villa El Salvador, la exigencia es la misma.
Además, señala que en los planos se deben especificar los espacios que utilizarán los trabajadores, estos deben considerar una distancia mínima de un metro cincuenta entre un colaborador y otro, sino el municipio multará a la empresa. “Esto se mantiene hasta que termine el estado de emergencia en el país”, agrega García.
Sobre las bicicletas y los scooter, García señala que distritos como Miraflores y San Isidro, ya exigen implementar dentro de la edificación cierta cantidad de estacionamientos por área techada. Y no descarta que otros municipios sigan esta tendencia.
“De nada sirve vender oficinas si estas no se ciñen a los requerimientos de las autoridades. Esto es bastante importante en el sentido de la operabilidad y sobre todo si se quiere implementar un sistema híbrido de trabajo”, agrega en diálogo con este diario.
La especialista recomienda asesorarse bien antes de comprar una oficina, para no llevarse una sorpresa. “Los casos que me llegan con más frecuencia son problemas con la zonificación y las dificultades con los sistemas de rociadores: normalmente las constructoras solo los dejan instalados para espacios comunes y luego el cliente se da con la sorpresa que debe invertir varios dólares en implementarlos, es un gran problema”.