Nathalie Hendrickx
Un momento clave en la historia
Productora y docente de la U. de Lima
Producir películas que cuentan momentos importantes de la historia del país, con personajes interesantes y representativos, ha sido un reto. Filmes como “El bien esquivo”, de Augusto Tamayo, ambientada en 1618, retrata un momento fundamental en la definición de lo que seremos como peruanos, en nuestras creencias religiosas, en la influencia española que nos constituye como una suerte de sincretismo cultural, etnocida y religioso, y en la cultura. En otra película, “Una sombra al frente”, del mismo Tamayo, ambientada en 1910, estamos frente a la figura de peruano luchador que desea comunicar al país, que geográficamente es rico, pero complejo.
Imágenes sueltas, distintos matices
José Carlos Cabrejos
Director de revista Ventana Indiscreta
No creo mucho en la idea de que las películas puedan reflejar con fidelidad lo peruano. En todo caso, creo más bien en el atractivo de películas que muestran una visión interesante, reveladora o hasta conmovedora de nuestro país y sus matices. Al recordar imágenes sueltas, me quedo con la gélida soledad que viven los adultos mayores de “Wiñaypacha”, que a su vez habla de un fuera de campo que encarna la ausencia del Estado; el deambular en el distrito de Miraflores en “5″, de Eduardo Quispe; las consecuencias terribles de la joda y los memes en “Algo se debe romper”, de Enrique Méndez, o la Lima revestida de grabaciones de cámara de celular y contaminada por la Internet en “Videofilia y otros síndromes virales”, de Juan Daniel Molero.
La importancia de la pluriculturalidad
Mónica Delgado
Crítica de cine y docente de la UNMSM
Creo que el cine peruano tiene varias identidades y depende del tipo de producción, de si es independiente o de productoras más comerciales, si se hace en Lima o en las regiones. Eso es lo que hace interesante al cine peruano: su diversidad. A veces las etiquetas de las cinematografías nacionales homogenizan. Lo importante es que la identidad sea una búsqueda expresiva constante. Una película peruana que me gusta destacar porque habla de resistencia y de resiliencia, como característica a resaltar de nuestra sociedad, tan diversa y pluricultural, es “Juliana” (1998) del Grupo Chaski, que es el retrato de una adolescente que debe fingir lo que no es para poder lidiar con la violencia, el abuso o la indiferencia.
Una propuesta de autor
Inés Fernández
Cofundadora y directora de cinestesia.pe
Lo que observo, a grandes rasgos, es una mezcla de géneros llevados al extremo que podrían formar una identidad en la mente de las personas. Por un lado están las películas publicitarias con sello de fábrica y, por el otro, tenemos producciones independientes que, por falta de presupuesto, presentan errores en su desarrollo técnico. También están los huecos en la matrix: filmes que ofrecen una propuesta nueva desde un punto de vista más de autor y con una producción destacable. De este grupo destaco “Gen Hi8″, un coming of age alrededor de un grupo de jóvenes que intentan sacarle el jugo a la vida en medio de un contexto social convulsionado por el terrorismo.
“Mataindios”, pronto en salas
Por Raúl Ortiz, crítico de cine
Mataindios, ópera prima dirigida por Óscar Sánchez y Robert Julca, es una película que cuenta cómo el pueblo de la comunidad de Huangáscar, Yauyos, asume la organización de la fiesta en honor a su santo patrón, Santiago Mataindios. Sin embargo, todo el ritual, desde los cánticos, la vestimenta, la comida, se resquebraja sorpresivamente y el pueblo decide no seguir con el homenaje, sino castigar al santo, dejándolo abandonado a merced de unos niños.
La película apela a una contradicción porque representa las expectativas que la comunidad en algún momento depositó en Dios, en las autoridades o en ellos mismos. Asimismo, el filme muestra el choque entre dos generaciones, una que vive aterrorizada por el terrorismo y otra para quienes los rituales no significan mucho.