Claudio Constantini es quizá el concertista peruano con más proyección internacional. Su disco “América” ha sido nominado al Mejor Álbum de Música Clásica para los Latin Grammy y podría llevarse esta distinción el próximo 14 de noviembre.
El músico de 36 años se ha hecho un nombre en la industria: en casi 20 años de carrera, ha ofrecido más de 1,000 conciertos en todos los continentes, ha llenado auditorios como la Sala Filarmónica de Berlín y su agenda es tan saturada que tiene dos mánager.
¿Qué retos que enfrenta la industria de la música clásica en el Perú?
Emigré a Europa hace 17 años porque me parecía imposible hacer una carrera de pianista concertista en el Perú. Hoy veo desde lejos cómo la música clásica y su público crece.
¿Las exigencias de los oyentes de música clásica cambian según la región o son similares?
Tengo muy poca experiencia tocando en Perú. Quizá haya ofrecido más de 1,000 conciertos, pero en Perú solo cinco. Los últimos que fueron en la Sociedad Filarmónica de Lima pude percibir un público fiel y muy conocedor.
¿Cómo es su agenda: qué tan disímil es una temporada alta de una baja?
Varía según el mes. Hay meses que no tengo un solo concierto y otros en que puedo tener hasta 20. En total, doy un promedio de 80 conciertos al año. Por esto, no me he desempeñado como docente, por falta de tiempo.
¿Cómo capta nuevos públicos?
El público va a un concierto deseando una experiencia especial. Para esto, se requiere un mínimo de estrategia. Es decir, siempre he partido de una base inamovible: la honestidad. Uno recibe lo que da.
¿Qué estrategia persigue para poder sustentar su carrera artística?
Viene directamente de los honorarios de cada show. Para ello tengo dos representantes, uno para España, otro para el exterior.
¿Cómo funciona el trato con ellos?
Mis representantes cobran una comisión del honorario por cada presentación que consiguen cerrar.
Y los auspiciadores, ¿qué rol cobran?
Ninguno. Para quienes organizan, sí importan. Ahí indirectamente afectan los ingresos de los artistas.
Actualmente hay una tendencia por lanzar sencillos. ¿Ocurre lo mismo con la música clásica?
La música clásica es más conservadora en ese sentido. Se busca sacar más discos que sencillos.
¿En qué medida debería innovar?
Hay mucho que mejorar. Al fin y al cabo uno quiere que lo escuche más gente. Por eso, hay que actualizarse y lanzar productos más atractivos para el público en general.
Usted ha lanzado cuatro discos en los últimos cinco años, ¿qué tan costoso es?
Puede costar unos pocos miles o cientos de miles (de dólares) si es un artista famoso o involucra grandes orquestas. En mi caso, los he financiado de mi bolsillo salvo el que viene en camino, para el que obtuve una subvención de la comunidad de Madrid.
¿Tiene un plan para su discografía?
Me he propuesto hacer un álbum al año. Es bastante ambicioso pero estoy cumpliéndolo. De momento seguiré.
Cuando lanzas un disco, ¿cómo divides tus tiempos entre los conciertos y las grabaciones?
Las grabaciones las suelo hacer en dos o tres días. Luego viene el proceso de selección de las mejores tomas, la edición, la masterización, publicación y lanzamiento. El proceso en conjunto puede durar aproximadamente un año.
Ahora que está nominado al Latin Grammy, ¿cómo ha repercutido esto en sus contratos?
Es muy pronto para decirlo aún. Llevo muy poco tiempo con la novedad de los Grammys, pero es evidente que ha llamado la atención de mucha gente y estoy seguro que traerá buenos frutos.
¿Sientes que has conseguido lo más alto de tu carrera con esta nominación? ¿Qué otros retos tienes a fututo?
Un Grammy o Latin Grammy son la más alta y reconocida distinción que puede haber en la industria musical. Son como decir los “Oscars” de la música. Diría que en todo sentido estoy en el punto más alto de mi carrera ahora mismo. No solo por la nominación sino por los muchos logros artísticos que me propuse y que sigo proponiéndome.
El Dato
Bandoneón. La próxima entrega de Constantini está programada para enero de 2020, ‘XXth Century Tango’. Al estilo de “América”, el artista solo tocará un instrumento, el bandoneón. El álbum está hecho a dúo con su pareja, la pianista Louiza Hamadi.