En años anteriores, cuando Apple Inc. no tenía un nuevo diseño del iPhone, la empresa contaba con una función nueva e innovadora: la grabación de vídeos en el 2009, el asistente digital Siri en el 2011, un escáner de huellas digitales en el 2013 y el toque 3D en el 2015.
Este año, el arma secreta de Apple no es una función específica, sino una estrategia inteligente de fijación de precios y una amplia gama de opciones de almacenamiento, colores y tamaños de pantalla. Si bien nadie quedó extasiado por los avances de los productos, lo presentado el miércoles probablemente rinda frutos financieros, lo cual subraya el status consolidado de la empresa como principal proveedora de tecnología de consumo del mundo occidental.
“El evento de Apple transcurrió en gran parte como se anticipaba, pero la nueva línea de iPhone debería estimular” las ventas de unidades y los precios promedio de venta, dijo Gene Munster, un veterano analista de Apple. La empresa demostró “su maestría con los niveles de precios, los cuales extraerán más ingresos por cliente”, añadió.
El gigante de la tecnología con sede en Cupertino, California, presentó los iPhone Xs, Xs Max y Xr, tres modelos nuevos basados en el diseño y las funciones del iPhone X, lanzado el año pasado.
El iPhone Xs incorpora un procesador más rápido y una mejor funcionalidad de cámaras, mientras que el iPhone Xs Max cuenta con una pantalla mucho más grande. La versión Xr lleva funciones del iPhone X como la pantalla sin bordes y Face ID a más personas gracias a su precio de US$ 750, US$ 250 menos que el modelo principal del año pasado.
Ajustes
Apple se está ajustando a una industria de los smartphones que se estancó en unos 1,500 millones de dispositivos vendidos por año. En vez de persuadir a los usuarios para que se pasen al celular más avanzado y caro cada año, hoy en día la meta de Apple es aumentar constantemente los precios promedio y expandir el total de dispositivos activos para apoyar la venta de accesorios y servicios digitales como el streaming de música y vídeos.
“La atención de Apple parece estar pasando de los ciclos de reemplazo de productos a la rentabilidad y los servicios, algo positivo en un mercado maduro de smartphones”, escribió en una nota a inversores Amit Daryanani, analista de RBC Capital Markets.
El precio más bajo del Xr podría aumentar la base instalada de dispositivos de Apple, lo cual incentivaría la venta de accesorios como el Apple Watch y los servicios digitales. Se anticipa que los modelos más baratos y con pantallas de mayor tamaño tienten a los clientes con iPhone más viejos a actualizarse, lo que ayudará a Apple a distribuir sus nuevas funciones de software entre más usuarios.
Otra forma de contrarrestar el crecimiento lento del mercado de smartphones es elevar los precios. La nueva línea de iPhone de Apple podría posponer esto también. Apple bajó el precio del iPhone 7 a US$ 449 pero descontinuó el iPhone SE, que era el modelo más barato, y el nuevo iPhone Xs Max cuesta hasta US$ 1,449. Por lo tanto, la franja de precios promedio ahora es de US$ 449 a US$ 1,449, frente a la anterior de US$ 349 a US$ 1,149.
Munster proyecta que el precio promedio de venta de los iPhone alcance US$ 791 en el año fiscal de Apple 2019. Esto superaría los US$ 652 del año fiscal 2017, según datos compilados por Bloomberg.