Las neurotecnologías plantean el desafío de proteger los cinco neuroderechos inalienables según Yuste: a la privacidad mental, la identidad personal, el libre albedrío, el acceso equitativo y la no discriminación. (Imagen: Getty Image).
Las neurotecnologías plantean el desafío de proteger los cinco neuroderechos inalienables según Yuste: a la privacidad mental, la identidad personal, el libre albedrío, el acceso equitativo y la no discriminación. (Imagen: Getty Image).

avanzó el martes en la discusión de un proyecto de ley pionero en el mundo que busca regular el uso de las , una iniciativa que han seguido con lupa académicos, organismos internacionales y grandes compañías tecnológicas.

El Senado aprobó por unanimidad la norma, que todavía está pendiente de ver luz en la Cámara de los Diputados, y que busca impedir que se intervengan los cerebros sin consentimiento para protegerlos ante los avances de la neurociencia y la inteligencia artificial.

“Con esto se comienza a materializar la regulación a nivel legal de la protección de las personas respecto a estos avances científicos y tecnológicos”, señaló Andrés Couve, ministro de Ciencias.

El pasado septiembre Chile se convirtió en el primer país del mundo que contempla los neuroderechos en su Constitución gracias a una enmienda a la ley fundamental.

Tanto esta reforma como el proyecto de ley forman parte de una agenda que se comenzó a impulsar en el 2019 gracias a las ideas del Grupo Morningside, un colectivo estadounidense de prestigiosos académicos que lleva años advirtiendo a los Gobiernos sobre la necesidad de proteger la integridad mental.

Para muchos expertos, los rápidos avances de las grandes empresas tecnológicas como Facebook, IBM o Neuralink (del magnate Elon Musk) en materia de inteligencia artificial entrañan oportunidades científicas, pero también posibles riesgos ante la posibilidad de alterar cognitivamente la mente humana.

“Hoy día ya se están industrializando tecnologías como las interfaces cerebro-cerebro que permiten leer el inconsciente, las emociones o aumentar las capacidades intelectuales”, señaló el senador Guido Girardi (izquierda), el principal impulsor de la propuesta.

Estas tecnologías, agregó, pueden ayudar a tratar enfermedades como parkinson o depresión, pero al mismo tiempo son “tan potentes que pueden afectar a la libertad, el pensamiento y libre albedrío de las personas”.

Con estos avances, Chile se encuentra a la cabeza en materia de neuroderechos en todo el mundo, incluso por delante de Estados Unidos, donde el Grupo Morningside también presentó la iniciativa al entorno del presidente Joe Biden.

En paralelo, el Parlamento también analiza un proyecto de ley enfocado a evitar que las grandes plataformas como Google, Facebook o Instagram manipulen el comportamiento de sus usuarios con la información que extraen de ellos.