Airbus se ha asociado con el fabricante de motores CFM International, filial de GE y de Safran, para trabajar en un programa de demostración que empezará a mediados de esta década con vistas a cumplir su objetivo de sacar al mercado un avión comercial de hidrógeno en el horizonte del 2035.
El grupo aeroespacial europeo presentó este martes junto a sus socios, en una conferencia de prensa en línea, el programa que trabajará para la adaptación de uno de los motores de CFM, el turbofán GE PassportTM, para que pueda funcionar con hidrógeno, un combustible cuya combustión no genera emisiones contaminantes, a diferencia del queroseno.
Ese motor, ensamblado en Estados Unidos, se ha seleccionado por su tamaño, su turbomáquina avanzada y su flujo de combustible. Se montará en el fuselaje de un A380, el avión gigante de Airbus, que servirá de banco de pruebas en vuelo y que estará equipado con depósitos de hidrógeno líquido que se prepararán en las plantas del constructor aeronáutico de Francia y Alemania.
La máxima responsable de la tecnología de Airbus, Sabine Klauke, señaló que se planea que los primeros vuelos de prueba se puedan llevar a cabo hacia finales del 2026. Antes de eso, la filial del francés Safran y del estadounidense GE llevará a cabo un programa intensivo de pruebas en tierra. La configuración del avión, que se espera que pueda comercializarse en el horizonte del 2035, debería decidirse a finales de esta década, en función de los resultados de las tecnologías que se van a poner a prueba y de las consideraciones del mercado de la aviación.
Las partes no quisieron dar precisiones del volumen de inversiones que van a dedicar a este proyecto, más allá de señalar que será “significativo”.
Airbus se limitó a indicar que para los próximos dos años las partidas están presupuestadas dentro de sus gastos de investigación y desarrollo (I+D). El grupo europeo ha puesto en marcha tres Centros de desarrollo de Cero Emisiones para avanzar en las tecnologías de hidrógeno en Bremen (Alemania), Nantes (Francia) y Madrid.
Para Klauke, “esta alianza internacional, que combina la experiencia de fabricantes de motores estadounidenses y europeos para avanzar en la tecnología de la combustión de hidrógeno, envía un mensaje inequívoco del compromiso adquirido por nuestro sector de hacer realidad los vuelos con cero emisiones”.