Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que se esfuerza por crecer y aún no lo consigue?
Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que se esfuerza por crecer y aún no lo consigue?

Por Ignacio Quintanilla

¿Y qué le dirías a alguien que se esfuerza por crecer y aun no lo consigue? En esta edición Ignacio Quintanilla, senior Vicepresidente de Banca Retail & CMF Perú en Scotiabank, reflexiona sobre la perseverancia.

“El que aguanta, gana”. Sí, le diría eso, perseverar, porque el que aguanta, gana.

“Perseverancia” es el nombre del juego de la vida. Y “con amor” es el apellido. Perseverancia con amor. Porque la vida es cansada. Cargada de momentos difíciles. Remamos y remamos sin tener tierra a la vista y con el viento en contra. Uno siente que cada día se levanta con el pie izquierdo o que la suerte y las oportunidades salieron de vacaciones o se fueron a visitar a otro. La vida es así.

Pero la vida es así para todos. No sólo para nosotros. La diferencia la da la perspectiva que le ponemos unos y la perspectiva que le ponemos otros. Remar y remar sin avanzar puede ser frustrante si lo único que buscas es avanzar. Pero si miras que vas remando contra corriente y que consigues resistir que la corriente no te lleve para atrás, entonces te cargas de optimismo y sientes que estás ganando.

Y es que es verdad, estás ganando. Fundamental, que lo hagas sin hacer daño a otros. Ayudando antes que frustrando. Construyendo antes que destruyendo. Es decir, con amor por los demás.

Nos dicen siempre que en esta vida el que no avanza retrocede. Pero eso es una verdad a medias. Porque también el que no retrocede, avanza. Y esa es una vedad más importante. Resistir y persistir, aun con adversidades, no sólo te aseguran el éxito.

También te aseguran un éxito sostenible. Porque vencer adversidades desarrolla cualidades que te permitirán seguir creciendo más preparado que antes.

¿Por qué sentimos que nos esforzamos por crecer y no lo conseguimos?. Porque nos hemos puesto un plazo. Y eso nos agobia. Tiene sentido ponerse plazos en los temas en que controlas todas las variables. Por ejemplo, voy a aprender a conducir moto. Depende 100% de mi esfuerzo, de las horas que le dedique, y de mis habilidades personales.

Ahora, ¿Qué pasa cuando uno dice “quiero ser Vicepresidente de la compañía”?, ¿depende eso exclusivamente de mí y de mi esfuerzo?, ¿sólo por mis habilidades personales lo puedo conseguir?. O también hay factores externos que no controlo como la oportunidad o el momento. ¿y si decimos “quiero ser un candidato válido para alcanzar una Vice Presidencia en la Compañía”?

Ese es otro planteamiento. Eso sí depende sólo de uno mismo. Ahí sí puedo ponerme plazos y estar listo para contar con mayores posibilidades de éxito cuando la oportunidad aparezca. ¿La suerte llega o la suerte se trabaja? ¿Qué es la suerte sino es estar listo cuando aparece una oportunidad?.

Preparémonos para estar listos. No dejemos de remar, siempre con amor. Porque el que aguanta, gana.