Durante su presentación del primer ministro Guido Bellido, para la obtención del voto de confianza indicó que el actual gobierno implementará a mediano plazo la producción de vacunas, especialmente contra el COVID-19.
“No sabemos a ciencia cierta la periodicidad de dosis que necesitará el ser humano para estar protegido de la COVID-19. Por eso, vamos a implementar a mediano plazo, a través del fortalecimiento del Instituto Nacional de Salud (INS) y la cooperación internacional con biotecnología, la producción de las vacunas, especialmente la anticovid en el país”, aseveró Bellido, sin brindar más detalles.
Al respecto, cabe señalar que el Instituto Nacional de Salud viene impulsando desde el año pasado, durante la jefatura del médico cirujano César Augusto Cabezas Sánchez, un proyecto de planta de vacunas, iniciativa que “permitirá generar en el país la capacidad de producción de vacunas contra virus y bacterias, causantes de enfermedades emergentes que afectan a la población peruana, con base en su experiencia en la producción de biológicos, como la vacuna para la rabia producida en células BHK”.
Esta iniciativa, según se indica en su portal, esta respaldada por el marco legal y normativo vigente, que faculta al INS a investigar, desarrollar y producir bienes de importancia estratégica para la salud pública y productos biológicos para la prevención y control de las enfermedades.
Sobre el funcionamiento de esta planta de vacunas, fuentes del INS comentaron a este Diario que se contemplan varias modalidades, que van desde el empaque, pasando por la producción de vacunas patentadas con tecnologías básicas y complejas, hasta la innovación propia, es decir, “paso a paso”.
El costo total de la inversión para la planta de vacunas, según indica el INS, asciende a S/399′031,232.43.
Según este órgano del Ministerio de Salud, el planteamiento preliminar del respectivo proyecto de inversión consta de estos cinco componentes:
1. Adecuada y suficiente infraestructura
El INS explica que se requiere una planta de producción de vacunas para enfermedades emergentes, como el COVID-19, rabia, fiebre amarilla y arbovirus, que permita implementar tecnologías a través de la modalidad de transferencia inversa o directa de tecnologías, a fin de optimizar la producción de vacunas en el país.
“Se prevé una capacidad de 75 millones de dosis anual bajo el modelo de planta modular, multifuncional con líneas para fabricación humana y veterinaria con plataforma en células VERO y tecnología a usar para virus inactivado. De esta manera se garantiza la seguridad en cuanto a la fabricación de vacunas”, se lee en su portal.
2.- Adecuados equipos y mobiliarios
También indica que se necesita contar con equipos y mobiliarios adecuados de acuerdo con la tecnología a utilizarse en la planta de producción de vacunas y que permitan la eliminación de actividades manuales, disminuyendo así el riesgo de contaminación por manipulación, con cumplimiento de estándares de calidad nacional e internacional.
3.- Adecuadas capacidades humanas y organizacionales para la producción de biológicos
En este componente el proyecto habla de la necesidad de contar con profesionales capacitados en la producción de biológicos estratégicos y de “garantizar que los procesos de transferencia tecnológica se realicen por personal debidamente capacitado”.
“Garantizar que la producción de biológicos se realice bajo una normatividad idónea, cumpliendo estándares de calidad que permita reducir los riesgos y conocer las condiciones mínimas a cumplirse para la transferencia tecnológica a realizarse y/o recibirse”, se lee.
Asimismo. menciona la necesidad de contar con la regulación tarifaria de la compra y venta de los productos biológicos a generarse en la planta de producción de vacunas.
4.- Adecuado sistema de gestión de la calidad
La producción en la planta se realizará cumpliendo con las Buenas Prácticas de Manufactura – BPM, para asegurar la calidad, seguridad y eficacia de las vacunas, asimismo estará alineada a los estándares de calidad nacionales e internacionales.