Bruselas (Reuters).- El Parlamento Europeo rechazó el miércoles un acuerdo global contra el robo de propiedad intelectual, en un triunfo para los detractores del pacto, que dicen que la legislación castigaría a quienes comparten películas y música en internet.

La votación marcó la culminación de una batalla de dos años entre legisladores que respaldan el Acuerdo Comercial AntiFalsificación (ACTA) y los opositores del mismo, mayormentegente joven que domina la tecnología.

Decenas de miles de activistas se manifestaron en febrero a lo largo de Europa en rechazo a la ley, que según refirieron podría restringir su libertad y permitir a funcionarios espiar sus actividades en línea.

Alrededor de 2.5 millones de manifestantes firmaron una petición en contra de ACTA.

Los legisladores del Parlamento Europeo rechazaron el acuerdo por 478 votos en contra, 39 a favor y 165 abstenciones, lo que significa que la ley propuesta deberá ser renegociada por la Comisión Europea, dijo el ejecutivo de la UE.

El ACTA tomó cuatro años en ser negociado y ya ha sido firmado por varios grandes socios comerciales de la Unión Europea, incluyendo Estados Unidos, Canadá y Japón. Su rechazo probablemente complicaría las negociaciones de libre comercio, dijeron funcionarios.

Uno de los fines del acuerdo era frenar la creciente ola de descargas ilegales y copias ilegítimas de películas y música en línea. También invoca a los firmantes a detener la producción de bienes falsos y castigar a aquellos que los producen y venden.

Con el rechazo del ACTA, el Parlamento Europeo no sólo ha generado dudas sobre el futuro del acuerdo, debido a que para funcionar bien requerirá de una adherencia global, sino que también puso en duda una ley de la UE propuesta por separado para hacer cumplir la ley de respeto a la propiedad intelectual.

Funcionarios de la UE temen que se enfrentarán a una resistencia similar cuando intenten reformar la obsoleta ley antipiratería IPRED, más adelante este año.

La actual ley de propiedad fue adoptada en el 2001, cuando las lentas conexiones a internet a través de la red telefónica no podían competir con el rápido flujo de intercambio de datos que se registra hoy en día.