The Associated Press y la cadena de televisión en español Univision acompañaron a un grupo de la organización defensora del medio ambiente Sea Shepherd para observar por primera vez de cerca las actividades de pesqueros chinos en aguas cerca de las costas de Sudamérica.
La presencia china en estas lejanas aguas del océano Pacífico no es un accidente. Décadas de una pesca excesiva en sus aguas empujan a su flota pesquera cada vez más lejos.
Los gobiernos americanos temen que la presencia china impulse la pesca ilegal de especies en peligro y amenace incluso especies abundantes como el calamar gigante (jibia en Chile, pota en Perú, dos países donde abunda).
Algunas conclusiones de esta investigación:
1. De las 30 embarcaciones que la AP observó de cerca, 24 fueron acusadas de prácticas laborales abusivas o mostraron indicios de que podrían estar violando las leyes marítimas. Específicamente, 16 tenían el transpondedor apagado y transmitían distintas identificaciones electrónicas o información que no coincidía con el nombre o la ubicación de la nave, discrepancias estas generalmente asociadas con la pesca ilegal.
La AP, no obstante, no encontró evidencia alguna de que estuviesen pescando ilegalmente. Seis barcos eran propiedad de empresas acusadas de trabajos forzados, incluido el Chang Tai 802, cuya tripulación indonesia dijo que llevaba cuatro años en alta mar.
2. La cantidad de embarcaciones con bandera china abocada a la pesca del calamar gigante en el Pacífico Sur se multiplicó por diez en poco más de una década, de las 54 del 2009 a 557 en el 2020, de acuerdo con la Organización de Manejo de Pesqueras Regionales del Pacífico Sur, una organización intergubernamental de 15 países encargada de garantizar una pesca sustentable en la región. Su captura de peces pasó de las 70,000 toneladas del 2009 a las 358,000 del año pasado.
Hay quienes dicen que las organizaciones regionales que tratan de controlar la pesca no tienen forma de impedir que China registre embarcaciones asociadas con la pesca ilegal y los abusos.
3. La flota china puede pescar a veces por años porque descargan sus capturas en una red de gigantescas embarcaciones refrigeradas, capaces de transportar 15,000 metros cúbicos de pescados (el equivalente a seis piscinas olímpicas). Enormes buques cisterna llevan combustible subsidiado por el gobierno chino, lo que agrava el impacto en el medio ambiente.
Los 12 barcos refrigerados activos en el Pacífico en julio de este año tuvieron al menos 196 encuentros con barcos pesqueros en ese período, según datos satelitales analizados por Global Fishing Watch, organización de Estados Unidos que apoya la pesca sustentable.