Ingresar al mercado laboral es una de las tareas más difíciles para los jóvenes. Se estima que la inadecuación ocupacional en la población de 14 a 25 años de edad es del 62%. Es decir, seis de cada diez personas con este rango de edad trabajan en lo que no estudiaron.
Este indicador del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) previo a la pandemia ha podido incrementarse en la actualidad, con lo cual no se descarta que solo cuatro de cada diez jóvenes esté involucrado en la carrera universitaria que estudió por un periodo de cinco a más años.
Parte del plan de Gobierno de Perú Libre, representado por el candidato presidencial Pedro Castillo, propone el ingreso libre a la universidad para duplicar el número de estudiantes universitarios en el Perú. Para ello, se utilizará la misma infraestructura de las universidades en horas nocturnas y ampliarán gastos corrientes para los docentes.
Para el exministro de Educación, Daniel Alfaro esta medida tiene una intención positiva porque busca ampliar la cantidad de estudiantes en la educación superior. Actualmente, solo el 35% de egresados de la secundaria ingresan a las universidades, lo cual significa que un 75% no realiza estudios superiores.
No obstante, señala que esta propuesta incrementará el porcentaje de jóvenes que trabajan en lo que no estudió, promoviendo el subempleo. “Es lógico que ello suceda porque se está generando una mayor oferta de universitarios que no podrán encontrar empleo. La demanda laboral nos dice que las empresas están requiriendo más jóvenes egresados de institutos superiores tecnológicos”, dijo a Gestión.pe.
Añadió que el ingreso libre a la universidad no es el mejor camino, sino reforzar educación técnica productiva que en menor tiempo permite desarrollar competencias específicas que demandan sectores como la agroexportación o minería.
Los institutos técnicos trabajan por competencias. Estas deben responder a la cadena de valor de un sector productivo a través de su malla curricular. Lo cual les permite estar más ligados a las necesidades del mercado. Asimismo, están mejor distribuidos en varias ciudades del país, a diferencia de las universidades que están en las capitales de cada región.
Por su parte, Luis Lescano, presidente del Instituto Peruano de Derecho Educativo sostuvo que un planteamiento así implica que el Estado esté en condiciones de replicar lo que hace en la educación básica. Pero, manifestó que solo 2 millones de jóvenes están actualmente estudiando a nivel superior, de los cuales 800,000 en institutos.
“Este planteamiento es utópico y populista. Lo que más se necesita son jóvenes altamente calificados. Hay un déficit de técnicos que trabaje en posiciones que no están cubiertas de manera muy profesional”, indicó.
Factores
Alfaro explica que existen dos factores que impiden que exista una mejor tasa de empleabilidad en los jóvenes que egresan de las aulas universitarias: la calidad de oferta educativa y falta de conexión entra las carreras que se dictan con la demanda laboral.
Una de las limitaciones por las cuales los egresados de universidades no trabajan en lo que estudiaron es por la baja calidad de enseñanza debido a la proliferación de las mismas y falta de regulación durante varios años.
Eso produjo que no se desarrollaran las competencias necesarias para que puedan tener un mejor desempeño en el mercado laboral conduciendo hacia indicadores elevados de subempleo; es decir, ingresar a un trabajo, pero no al que habían estudiado, con ingresos menores al promedio de su carrera o con menos horas de las que podían dar, indicadores que explican los economistas Gustavo Yamada y Pablo Lavado.
El licenciamiento de universidades fue un punto de partida para esta mejora en la calidad. De las 145 existentes, solo 94 cuentan con el visto bueno de la Sunedu. A pesar de ello, Alfaro considera que también se debe avanzar en la acreditación de las casas de estudio, es decir, con mejoras continuas.
“Una recomendación es evaluar la Ley de reorganización del Sineace que todavía no se ha aprobado. Es necesaria para mejorar la calidad. Ello generaría profesionales más capacitados para acceder a la demanda laboral requerida”, señala Alfaro.
Las universidades peruanas mejor ubicadas en el ranking QS, por mencionar un indicador, son las que están colocando mayor cantidad de estudiantes en el campo laboral. Por ejemplo, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) es la mejor posicionada, y según el portal Ponte en Carrera, es de las que más egresados consiguen empleo basado en lo que estudiaron.
“Es importante considerar que uno de los factores que influye para que solo cuatro de cada diez jóvenes trabaje en lo que estudiaron es la calidad de la universidad de la cual egresaron. Algunas colocan profesionales rápidamente porque cuentan con trayectoria y prestigio, apunta Lescano.
Conexión
El segundo factor es mejorar la conexión entre las carreras que se dictan y el mercado laboral. En este indicador, los empleadores refieren que el próximo año contratarían a una mayor cantidad de técnicos que universitarios.
“Los egresados de las universidades no están encontrando puestos de trabajo para los que han estudiado, sino para desempeños de carreras técnicas porque no existe la oferta de técnicos necesarios para cubrir esa demanda”, señala el exministro.
Lescano añade que existen programas que ofrecen las universidades que no son muy demandados en el sector productivo, con lo cual no hay un alineamiento entre lo que necesita el mercado y ofrece el sector académico. “Formamos jóvenes sin entender que hay un mercado que reclama determinadas áreas de formación más que otras”, puntualizó.
Agrega que las carreras universitarias más alejadas de las humanidades y más vinculadas a la ingeniería o tecnología vienen siendo las más demandadas. Además, la educación técnica viene tomando mayor importancia porque es lo que más demanda trabajadores jóvenes.
Daniel Alfaro considera que se debe empezar a invertir más en los institutos superiores tecnológicos porque brindan más oportunidades a los jóvenes.
“Los institutos tienen una gran brecha de inversión, durante muchos años se ha ejecutado más presupuesto en universidades que institutos, por preferencias sociales. Pero, en términos generales es el momento para hacerlo. Esta es mi recomendación para los próximos cinco años”, enfatizó.