La pandemia marcó un antes y un después en el acceso universal a la salud en el Perú. En el 2021, el gobierno aprobó que toda persona sin seguro se afilie al Sistema Integrado de Salud (SIS). Así, este sistema pasó de 17 millones a 24 millones de afiliados. Sin embargo, el abastecimiento de medicamentos y atención no creció al mismo ritmo. Aún así, el Ministerio de Salud (Minsa) anunció en la víspera que las farmacias estatales podrán venderle al público en general.
“Los pacientes que tengan su receta y no estén asegurados al SIS podrán comprar directamente el medicamento que requieren en los hospitales”, declaró la ministra Rosa Gutiérrez.
El panorama actual es el siguiente en las farmacias del Estado: Hay al menos 9,000 puntos de abastecimientos de medicamentos en la red pública a nivel nacional. Durante la pandemia, la Asociación de Farmacias y Boticas Independientes del Perú detectó que al menos 8.000 de ellas no tenía stock de fármacos genéricos. Si estas farmacias se abrieran al público en general, se incluirá a los 11 millones de afiliados a EsSalud y a otros casi 2 millones que se atienden en clínicas. Sin embargo, solo con su público actual (22 millones), se detectó que el 32% termina acudiendo a una farmacia privada ante la falta de stock.
Cuando un paciente del SIS recibe una receta médica -dice Ana María Jiménez, presidenta de la Asociación Peruana de Farmacias- el 50% de la lista lo termina comprando en las pequeñas boticas, un 30% en las cadenas de farmacias mas grandes, y solo un 20% dentro del hospital. Una data que también comparte Elizabeth Cavero, gerente general de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (Anacab): “en el mejor de los casos el 50% de la receta lo cubre el SIS y el otro porcentaje se complementa con la compra entre farmacias privadas que son unas 26,000, de ellas, 3,000 son cadenas y el resto, farmacias independientes”, anota.
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A ello se suma que, desde mediados del 2022, el stock de medicamentos esenciales se mantiene en estado crítico, sobre todo en regiones como Madre de Dios, Piura y Tumbes, afirma Cesar Amaro, Investigador principal en Videnza Consultores.
¿Es posible aumentar la demanda?
“Idealmente es factible, pero el tema no se resuelve abriendo las puertas al público en general, hoy la barrera económica traba el acceso universal a medicamentos. Si hoy el SIS cubre en teoría al 98% de peruanos, no deberíamos tener un gasto tan alto en nuestros bolsillos”, apuntó el investigador.
Lo cierto, sin embargo, es que durante la pandemia, el gasto en salud de los más pobres fue cinco veces más alto y, en el nivel medio, el gasto se duplicó.
En concreto, agrega Amaro, el reto del Minsa está más vinculado a garantizar un buen suministro público. Hoy el Estado es en general un buen comprador por razones de escala, “esa es su fortaleza, pero, ¿dónde falla? tiene un transporte lento y una mala operación de inventarios”. Un segundo punto -anota- es que los hospitales en regiones no tienen una autoridad administrativa que fortalezca el control de inventario. Entonces, lo paradójico es que realiza adquisiciones no considerando el indicador de demanda futura, sino, demanda histórica”.
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“Ampliar los puntos de ventas de medicamentos es un paliativo y hasta un poco riesgoso porque generará una demanda mayor a la oferta disponible”, señala.
¿Existe alguna alternativa de mejora? El investigador resalta los modelos mixtos., uno de ellos, el que implementó EsSalud que, a través del contrato de asociación público privada suscrito con la Sociedad Operadora – SALOG, cedió su sistema de distribución e inventario a un privado. Otro modelo, indica, es el modelo de Farmacias Vecinas, que se encarga de entregar medicamentos a domicilios de pacientes vulnerables. Dicho modelo solo alcanza Lima y Callao -tiene una meta de llegar a 250,000 pacientes- pero todavía no se extiende al resto de regiones.
Aún así, el especialista también reconoce que el modelo mixto no está completo si es que las cabezas de EsSalud, por ejemplo, no mejoran los procesos de compras de medicamentos. Solo durante el Gobierno de Pedro Castillo, se designó a tres presidentes en EsSalud.
Por su parte, Elizabeth Cavero, de Anacab, indicó que como gremio saludan la decisión del Minsa y que de cumplirse, sí significaría competencia directa con las boticas y farmacias privadas, pese a ello, “el sector privado se adaptaría a la nueva demanda”, y señaló “que debe haber diálogo para conversar sobre estos temas para mejorar el acceso a la salud”.
En esa línea, Ana María Jiménez también mencionó que “en el hipotético caso que el Minsa cumpla su anuncio, la presencia de las farmacias privadas podría estar de más, aún así seguirán cumpliendo su rol de atender a la población, en el resto de países, el sector público y privado no pelean por precios”, finalizó.