Jorge Jiménez Ugarte, Ingeniero Industrial de la Universidad Nacional de Ingeniería sostiene que los contagiados del COVID-19 habrían llegado a 3.5 millones de personas a nivel nacional.
El último análisis que usted hace de las cifras del COVID-19 en el país indica en junio se redujo el número de pruebas (moleculares y serológicas) ¿Por qué se hizo eso?
Bueno, en junio, no sólo se redujo el número de muestras diarias, sino que se cambió la distribución de estas. Se mantuvo el número de pruebas en las regiones cuya positividad (contagios/pruebas) era menor de 10% y se redujo en 20% el número de pruebas en aquellas regiones cuya positividad era mayor al 10%.
Por qué se hizo, hay dos hipótesis. Una es que, en términos estadísticos, se busca presentar una mejor situación, la otra es que obedece a que se busca reforzar aquellas zonas donde aparentemente hay un menor grado de contagio y la idea es mantener ese nivel o disminuirlo.
¿Pero, cuál fue la consecuencia de esa decisión?
La consecuencia es que, si no se produce un cambio en los ratios de positividad, al bajar las muestras en aquellos lugares donde hay mayor contagio, el número de contagios se reduce por doble efecto: por el número d muestras mismo y por el cambio de la composición muestral. De hecho, se observa una mejora en las cifras oficiales de contagios, mostrándose 6,783 menos contagios, al comparar junio con mayo.
Ese cambio impacta en la tasa de contagio (en Rt)…
No, porque el Rt mide cuántos contagios genera una persona. El impacto del cambio es más en el resultado total, es más efectista decir hemos bajado de 6,000 casos positivos diarios a algo más de 3,000. Por su parte, al reducirse el número de casos por día, se elevó la mortalidad diaria, pero su peso en la letalidad acumulada es marginal, por lo que la afecta poco (Ver gráfico).
¿Es correcto decir a esta altura de la pandemia el Rt está debajo de 1 y disminuyendo, lo cual fue el argumento para levantar la cuarentena rígida?
El Rt menor a uno se da cuando la velocidad a la que se contagia la población es menor que la recuperación de los contagiados. No podría decir si el Rt está debajo de uno o no, pero es evidente que, a partir de las cifras frías de Sinadef (donde no se contempla ningún caso no detectado), estadísticamente se podría decir que sí habría una reducción del nivel de contagios, asumiendo que la tasa de mortalidad se mantiene en los mismos niveles.
Y eso se refleja también en el número de muertes no violentas que, a fines de junio bajó en el país de 900 a 800 diarios en promedio y en Lima de 500 a 400, lo que a su vez indica que el nivel de contagios estaría bajando desde 15 días atrás, es decir desde mediados de junio.
En las cifras oficiales de contagio se dice que hay un subregistro por lo que no son confiables. ¿Qué nos dice al respecto?
Se ha visto en casi todos los países que existe un porcentaje de casos de las muertes en exceso (respecto al promedio histórico) no explicado. En el Perú del total de muertes en exceso sólo 29% es explicado por el COVID-19. Al 30 de junio había 35,000 muertes en exceso, de las cuales sólo unos 10,000 están explicados por los registros oficiales del COVID-19.
¿Entonces, cómo saber a cuanto llega el número de contagiados?
Uno de los indicadores a partir del cual se puede inferir el subregistro es la tasa de letalidad. El problema es como en esta pandemia hay un alto porcentaje de asintomáticos, entonces la tasa de letalidad sube por efecto del subregistro (que no aparece en el número total de casos positivos, que va en el denominador del ratio de letalidad: fallecidos/casos positivos), llegando a casos extremos como el de México (12%). Sin embargo, a partir del caso del crucero Diamond Princess, que fue un caso de laboratorio a gran escala, sin factores de interferencia, se puede inferir que la tasa de mortalidad no debería pasar del 1%.
¿Y se ha hecho ese cálculo?
Bueno, asumiendo que la letalidad es el 1% y que el incremento de fallecidos es por causas del COVID-19, las 35,000 muertes en exceso nos estaría indicando que los contagiados a nivel nacional podrían estar en el orden de 3.5 millones de personas. En el caso de la región Lima y Callao, podrían estar en el orden de los 2.6 millones; es decir un 25% de la población de la región Lima y Callao podría haberse contagiado. Y ese porcentaje no debe llamarnos la atención porque las pruebas realizadas por el Minsa nos muestran 27% de positivos en paraderos del del Metropolitano y 41% de positivos en mercados de Lima.
¿Y qué significa que el 25% o 27% de la población limeña ya esté contagiada?
Que al final una buena parte de la población se va a terminar contagiando, se va a llegar a lo que se conoce como la ´inmunidad de rebaño´, que puede conseguirse cuando la población infectada ya está entre 30% y 60%. Es decir, ya estaríamos cerca de ese rango. Pero el problema no es que hayan 2 o 20 millones de contagiados, sino que la gente no se muera.
Pero el gobierno dice que el aumento de contagios es por falta responsabilidad de la misma gente…
No es que la gente tenga la culpa por contagiarse; en una pandemia se van a contagiar. El objetivo de una cuarentena no es que no se contagien, sino que no se contagien muy rápido (achatar la curva de contagios) para que las autoridades de salud tengan tiempo y puedan enfrentar con una mayor capacidad la epidemia.
Bueno, eso también fue el objetivo de la cuarentena rígida. ¿Diría que funcionó?
Veamos, si bien Perú mejoró en cuanto al número de camas UCI (unidad de cuidados intensivos) para atender a los enfermos graves, esa mejora no es tanto como pareciera. Se ha dicho que no podemos resolver los problemas de salud de 100 años, eso es entendible. Pero, también es cierto que, si bien Perú subió, en la pandemia, a 3.5 camas por cada 100 habitantes, Chile subió a 10 en el mismo tiempo.
Lo otro es, que si bien los médicos peruanos son capaces y hacen mucho con lo poco que tienen, el problema es la primera línea de atención. Cuando la gente contagiada llega al hospital, sobre todo en provincias, lo hace en un estado de enfermedad sumamente avanzado y por eso muchos mueren. Eso se refleja en la tasa de UCI/muertos que en los hospitales es mucho más lata que en las clínicas (Ver Tabla)
Ahora estamos en cuarentena focalizada ¿Se puede esperar un rebrote fuerte?
En realidad, la cuarentena rígida fue el primer mes, luego la gente ya estuvo en las calles. Entonces, el problema no es que esa gente se contagie, el riesgo es para aquellos que guardaron una cuarentena rígida y recién empiezan a salir, y se expone al transporte masivo, por ejemplo, y la que podría generar nuevos casos de contagios. Pero estimo que, si hubiera un rebrote, no sería muy fuerte, porque la mayoría ya debe tener anticuerpos, por la misma naturaleza de la economía peruana que es informal en gran parte.
Usted recomendó hace dos meses que el reinicio debería ser por aforo de los establecimientos y no por actividades y fases. Ahora tenemos ambos, un híbrido. ¿Qué opina?
Nada va a cambiar lo que ya pasó. Pero hay que evitar algunas cosas en el reinicio de actividades. Uno es que hay mucha injerencia de los municipios. Si las empresas ya obtuvieron la aprobación de sus protocolos y planes, el municipio debería limitarse a fiscalizar los aforos. Y el Ejecutivo debería dar medidas en ese sentido, de limitar el accionar de los municipios en este control, porque además se presta para corrupción.
El otro tema es el del transporte. Si en el transporte urbano, todos ya se suben como sea, sin respetar aforos ni nada, porque no se permiten los viajes aéreos cuando los aviones tienen sistemas de ventilación en sus cabinas apropiados justamente para evitar la propagación de bacterias y virus.
Asimismo, ya debería operar los terminales y el transporte terrestre interprovincial de pasajeros, donde si es posible controlar los protocolos, y porque prohibir ese transporte genera el transporte informal que es peor.