María del Pilar Heredia, Presidente de International Consulting Group
La pandemia, la inflación actual y el conflico bélico Rusia – Ucracia son eventos que han traído desafíos económicos que reducen las perspectivas de crecimiento como empresa, país y región. No obstante, los empresarios siguen buscando estrategias de crecimiento: una de ellas es, y debe ser, la internacionalización de las compañías.
Tomar la decisión de expandir una empresa a un nuevo país trae consigo el reto de conquistar otro mercado y otra cultura; por esta razón, un primer paso es tener clara la perspectiva económica del país de destino, así como su contexto político que, en el caso latinoamericano, está bajo un panorama de volatilidad que es necesario contemplar. Se requiere entonces, revisar la solidez estructural de los países destino de expansión y su potencial de crecimiento.
Según la CEPAL, en 2021 en Latinoamérica se registró un crecimiento de 6.9% de PBI catapultado por un consumidor que tenía ganas de volver a viajar, comprar y consumir. Y, aunque los crecimientos son mucho más prudentes para 2022 y 2023, el FMI proyecta perspectivas de entre 2.5% y 3.5% de crecimiento del PBI, lo que nos ubica en una etapa de crecimiento, al final de cuentas.
En ese sentido, el llamado a los empresarios es a aprovechar este potencial y generar caminos sólidos que les permitan crecer tanto en sus países de origen como en otros mercados, a través de cuatro estrategias que, al mismo tiempo, aportan a la consolidación y estabilidad de la región.
La primera está relacionada con la creación de condiciones necesarias para que el empleo crezca. Una forma de lograrlo es, justamente, a través de la internacionalización que puede realizarse por medio de la exportación, de los acuerdos comerciales con empresas de los países donde se planea la expansión y de la inversión directa, abriendo sus propias sucursales y generando impacto en nuevas economías.
La segunda es la solución de problemas de deuda por medio del mejoramiento de costos, la eficiencia de gastos y el aumento de ingresos que puede lograrse a través de mecanismos como el mercadeo digital.
Las dos últimas, aunque no están en control directo de las compañías, sí es posible generar acciones para aportar a las mismas: por un lado, controlar la inflación a través de alternativas de costos y materias primas, así como de opciones de productos y servicios para los clientes; por otro lado, como ciudadanos corporativos, respaldar aquellas reformas que aporten al país e impulsar la inclusión, diversidad e igualdad en un marco de sostenibilidad para alinearse con la tendencia social de Latinoamérica.
En definitiva, la internacionalización es una estrategia productiva para las empresas y es una decisión que trae ganancias para todos actores.