Director de El Economista de México
Perú es ahora la economía número 5 de América Latina. Desde antes de ser Perú, ya era una potencia minera, con su fabulosa y complicada producción de plata, oro y azogue. Ahora sigue siendo un referente en minería, territorio de búsqueda de minerales raros y un buscador de nuevos equilibrios entre empresas, sociedad y medio ambiente. Perú también, es muchas cosas más: un referente cultural obligado, en gastronomía y literatura, por ejemplo. En la segunda década del siglo XXI es un jugador relevante en el mercado mundial de frutas, hortalizas y una potencia creciente en el sector turismo.
¿Qué sigue para Perú? Es un país único y al mismo tiempo un típico ejemplar latinoamericano, con enormes contrastes y una historia de desigualdad que viene de lejos, pero que no ha sido resuelta. Tiene una gran historia prehispánica, un periodo colonial espléndido y una vida independiente interesante. Cuando intentamos asomarnos por la ventana para mirar su futuro, nos encontramos con algo que incluye el brillo y la riqueza de los metales; el complejo sabor de los platos del Perú y todos los colores de su geografía humana. Todo esto, pero “coronado” con grandes signos de interrogación.
A la distancia, el futuro económico de Perú está lleno de grandes oportunidades. Son los recursos naturales, su posición geográfica, la aparición de nuevas generaciones de empresarios y la fortaleza de algunas instituciones como el Banco Central de Perú. Para realizar todo ese potencial, tendrán que superar los desafíos que implica una sociedad con 27% de pobreza, de la cual 76% trabaja y vive en la informalidad. La clase política no ayuda mucho. Está llena de personajes que parecen irreales, quizá por el exceso de realidad que encarnan. Pienso en Alan García, Alberto Fujimori, Pedro Castillo y PPK. En cada uno de ellos se expresa y estalla una parte del Perú.
¿Dónde estará Perú en el 2040? La historia y el presente deberán enfrentarse a lo inesperado. El covid-19 fue un primer encontronazo. Vendrán muchos más, relacionados con el cambio climático y con la cambiante demografía, que incluye una sociedad joven que busca su lugar y una sociedad que envejece, pero no quiere perder el suyo.