Especialista senior de inversiones en Fondos Sura
En los últimos meses, la subida de las tasas de interés, los temores de una posible recesión y la incertidumbre provocada por el conflicto bélico y las cuarentenas restrictivas en China, nos han llevado a un panorama incierto y altamente volátil en el corto plazo que nos lleva a replantearnos y ajustar nuestra estrategia de inversión. En este contexto, diversificar nuestras inversiones a través de distintas clases de activos es quizá la mejor estrategia, pues nos permite optar por aquellos que tienen una menor correlación con los mercados tradicionales (bonos o acciones altamente impactados por la volatilidad), como son los activos alternativos. Veamos cuáles son y cómo aprovecharlos.
En el mundo de los alternativos hay varias estrategias y, con el avance de la tecnología, empiezan a surgir sectores nicho. Sin embargo, teóricamente, estas se simplifican y subclasifican en: Real Estate (mercado inmobiliario), Deuda Privada, Private Equity y Hedg Funds.
Real Estate: esta es la clase de activo más grande del mundo, usualmente muy rentable. De acuerdo con The Economist, en 2017, los activos inmobiliarios globales fueron valorizados en $190 billones, mientras que los mercados de deuda titulizada equivalían a $95 billones y el mercado accionario global a $70 billones. En el mercado de fondos local, ya encontramos algunas opciones de inversión inmobiliaria como los FIRBIs o FIBRAS; también los fondos de fondos internacionales, enfocados la mayoría en EE.UU. Las inversiones en real estate permiten reducir la volatilidad total de un portafolio, además de ser un elemento diversificador; además, es una buena fuente de flujo y una potencial cobertura a la inflación. De acuerdo a NCREIF Indice de Propiedades, desde 1978 a 2019, los retornos anualizados de inmuebles privados en EE.UU. tuvieron una menor volatilidad que la del índice accionario Standard & Poors 500: 7.37% para Real Estate vs. 16.39% para el S&P 500.
Deuda Privada: esta estrategia se abre paso en el mercado local a través de fondos de fondos. Con ella nos referimos a un sector del mercado donde determinadas empresas buscan capital de deuda customizado, y los inversores o gestores de fondos son quienes la proveen. El apetito por deuda privada surgió posterior a la Crisis Financiera Global del 2008, cuando los bancos incrementaron sus requisitos para poder otorgar préstamos y así empezaron a surgir prestamistas privados que otorgaban créditos con condiciones negociadas directamente con la empresa. Desde esa fecha, ha sido una industria en constante crecimiento, y una buena opción de inversión alternativa a los activos de renta fija, pues tienen bajo riesgo y baja correlación comparado con el mercado tradicional e incluso entre otros activos alternativos.
Private Equity: esta, así como los Hedge Funds, significan un mayor riesgo dentro de las inversiones alternativas. En Private Equity los inversores compran participación en el capital de una compañía privada y, como tal, el retorno de esta inversión está altamente ligado al rendimiento de la empresa, además del entorno macroeconómico de la región o industria donde se desenvuelve. Aquí observamos la famosa “curva J” donde al inicio se ven pérdidas que serán compensadas con ganancias a largo plazo. Estos procesos son mayormente: lanzamiento de un producto o desarrollo de una empresa desde cero (estrategia llamada Venture Capital); cambios en una mediana empresa con potencial de crecimiento (Growth Equity) y mejoras operativas o reestructuraciones a través de adquisiciones (Buyouts).
Hedge Funds: estos implican un mayor riesgo, por las estrategias que realizan como los long-short, ventas en corto y derivados, pero también hay mayor espacio a un mayor retorno, ya que
implementan elementos como apalancamiento, eficiencia operativa en trading, especialización, velocidad de rebalanceo, entre otros, los cuales funcionan como intensificadores de retorno. Además, tienen una estructura de fees, donde incentivan a los managers con un fee de éxito si es que sobrepasan un umbral de retorno.
Como vemos, cada una de estas estrategias tiene diferentes retornos ajustados por riesgo y cumplen un rol determinado dentro de un portafolio optimizado. Actualmente, se observa mucha más apertura a estos mercados gracias a la estructuración de fondos de fondos donde los tickets mínimos de inversión requeridos no son tan altos. De esta forma, no sólo el cliente institucional puede acceder al mercado privado, sino también el retail, siempre evaluando el perfil y horizonte de la inversión.