El dedo en la llaga

Informalidad. Tiene poco más de una semana en el cargo y el nuevo ministro de Trabajo parece dispuesto a dedicarse a fondo en el mayor problema que aqueja a su sector: la informalidad.

Desde estas líneas, siempre hemos destacado que la cartera de Trabajo debe apostar por la formalización del empleo y la generación de un mayor número de puestos de trabajo formales y, según las primeras declaraciones de Fernando Varela (Gestión 02.05), está parece ser también su apuesta.

En la entrevista dada a Gestión, el ministro ha dicho que el primer eje de su trabajo será la informalidad laboral y solo después de haber avanzado en este punto se podrá avanzar en la protección social y el empleo decente.

Para ello, reconoce que la función de Sunafil es importante y que se necesita ampliar sustancialmente el número de fiscalizadores.

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Pero quizás lo que más resalta de la visión del ministro es su interés por involucrar a todos en esta lucha contra la informalidad y no se trata solo de reconocer que es una labor que involucra a otros ministerios, sino que también debe ser una preocupación de los trabajadores y por ende de los sindicatos.

No se trata de una tarea de corto plazo y por ello hace bien el ministro en no plantearse metas de cifras. Pero dado que está dispuesto a poner el dedo en la llaga, todas sus acciones al interior del ministerio deberán tener la formalización como norte.

Tanto el trabajo en la legislación de empleo juvenil como las conversaciones en torno a la tercerización deben tener como razón de ser la búsqueda por reducir la informalidad.

Varela también ha declarado su interés por apostar por el diálogo social, aun siendo consciente que dicho diálogo no asegura un resultado.

Sin duda se trata de un ministro de base técnica que deberá encontrar rápidamente su muñeca política para poder hacerle frente a los retos de su sector, pues el diálogo no solo lo deberá mantener con los integrantes del Consejo Nacional de Trabajo.

Quizás su mayor esfuerzo de diálogo lo tendrá que realizar al interior del gabinete, sobre todo con sectores como Economía, Energía y Minas o Producción para que toda la labor del Gobierno se centre en apoyar la inversión privada, que es la mayor generadora de empleo formal, algo indispensable si se quiere avanzar en reducir la informalidad y mejorar la calidad de vida de los peruanos.

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