PROTESTAS. Nada tiene mayor valor que la vida de una persona y por eso es lamentable que el último reporte de Defensoría de Pueblo cuente ya 14 muertos en Puno, tanto por los enfrentamientos y actos violentos generados por las protestas como por el bloqueo de carreteras.
Lo que está sucediendo en Puno deja en claro que para un sector de la población es imposible protestar sin violencia y que la Policía no logra contenerlos sin caer en excesos –que deberán ser investigados (Gestión, 22.12.2022)–, pero también evidencia lo ya advertido en estas líneas: el poco peso político del gabinete para hacerle frente a estas circunstancias. No es fácil, pero la labor del gobierno implica también tratar de buscar el diálogo aun con aquellos que no lo quieren. Hacerse presente en la zona para demostrarle a los ciudadanos que no están solos, sobre todo a los que terminan en medio de la violencia sin desearlo.
El gobierno debe tener presente que el descontento de la población no va a menguar de la noche a la mañana y debe elaborar estrategias multisectoriales para hacerle frente. Que las protestas no se estén llevando a cabo en Lima no significa que no existan y junto a las propuestas para reactivar la economía o ayudar a las Mypes también debe existir un plan para evitar que estos sucesos se repitan. La presidencia de Dina Boluarte aún es frágil y su continuidad peligra si en lugar de ir reduciéndose estos hechos de violencia se extienden como sucedió en diciembre. Es momento que su gobierno entienda que una de sus mayores tareas es garantizar una transición pacífica.
“Nos cuesta a todos” decíamos semanas atrás (Gestión 14.12.2021) cuando se vieron los hechos de violencia producto del golpe de estado que intento realizar Pedro Castillo y por supuesto que nos referíamos a las vidas humanas, pero también a los otros costos que se generan. En Juliaca es un grupo el que protesta, pero las consecuencias las están pagando todos los habitantes de Puno y también del país. Muchos están impedidos de ir a trabajar lo que conlleva menos ingresos en sus hogares, y también se verán afectadas las empresas, desde los pequeños negocios hasta las dedicadas al turismo que ven con temor la posibilidad de cancelar la fiesta de La Candelaria, ni que decir sobre la imposibilidad de acceder a centros de salud o el desabastecimiento de alimentos.
El gabinete Otárola se presentará hoy ante el Congreso y sin duda varias bancadas le pedirán explicaciones antes de pensar en otorgarles el voto de confianza..