INVERSIÓN. El esquema de Obras por Impuestos (OxI) fue creado el 2008 y puesto en marcha el 2009 como herramienta para que las empresas participen en la inversión pública a cambio del pago de parte del Impuesto a la Renta. La idea era que puedan financiar (parcial o totalmente) y ejecutar directamente proyectos priorizados por gobiernos subnacionales y entidades del Gobierno nacional. Pero al tratarse mayormente de obras de infraestructura (colegios, establecimientos de salud, pistas, puentes, canales de riego, etc.), las empresas encargadas tienen que subcontratar a constructoras y firmas de servicios especializados.
Las OxI tuvieron un breve periodo de apogeo el 2016 y 2017, sumando inversiones por S/ 2,038 millones, monto que equivale a la tercera parte del total registrado entre el 2009 y el 2022 (S/ 6,732.7 millones) –en todos los casos, se trata de soles corrientes–, pero desde entonces no han logrado superar la barrera de los S/ 650 millones anuales. Ello a pesar de que, con regularidad, se han introducido mejoras para agilizar los procedimientos administrativos, aparte de que se han incluido nuevos rubros, como medio ambiente y proyectos culturales (por ejemplo, monumentos arqueológicos e históricos).
Uno de los inconvenientes del esquema OxI es justamente el costo administrativo que las empresas deben asumir, pues no es reconocido como parte de su inversión, de modo que solo las de gran tamaño y con capacidad para hacerle seguimiento a las obras pueden animarse a participar. En los catorce años de vigencia del esquema solo han tomado parte 149 empresas y apenas tres concentran más de la mitad (52.5%) del total invertido. Lo curioso es que pertenecen a los sectores minería y banca, los más criticados por los autonombrados “defensores del pueblo”. Otra curiosidad es la escasa presencia de constructoras o vinculadas a ese sector.
Todo indica que este año las OxI continuarán languideciendo. ProInversión se ha trazado una meta de S/ 620 millones y el comienzo no ha sido auspicioso: ningún proyecto fue adjudicado en el primer bimestre. Encima, el Congreso no otorgó facultades al Ejecutivo para que aplique mejoras al esquema. El principal obstáculo que enfrentan las OxI, hoy en día, es la inestabilidad política y social. Si las empresas no se animan a invertir en sus operaciones, menos lo harán en rubros que les generan costos administrativos adicionales. Con incertidumbre, las OxI no funcionarán; aunque es necesario comenzar a pensar en hacerlas atractivas para un mayor número de empresas.