Redacción Gestión

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TENDENCIA AL ALZA. El precio del dólar alcanzó ayer un máximo de seis años y acumuló un aumento de 4.8% desde que comenzó el 2015. En vista de que a los economistas se les suele preguntar si el dólar "subirá o bajará", les ofrecemos algunos aportes por si no saben qué contestar: mientras la economía de Estados Unidos –la madre patria del billete verde– continúe mostrando señales de recuperación, aumentará la probabilidad de que la Reserva Federal (Fed) adelante la fecha en la que elevará su tasa de interés de referencia.

Esta medida atraerá capitales de corto plazo desde mercados emergentes como el Perú, de modo que habrá que esperar que el dólar mantenga su tendencia alcista. Dado que la racionalidad de los participantes del mercado de divisas tiene una alta dosis de especulación, cualquier buena noticia en el frente estadounidense se traduce en toma de posiciones en activos que ofrecen una rentabilidad más atractiva que el nuevo sol.

La menor oferta de dólares también obedece a factores internos: las exportaciones llevan meses en rojo y, en consecuencia, ingresan menos divisas al país. Y si el PBI de China ya no crece como antaño, la demanda de materias primas del gigante asiático continuará menos fuerte.

Quizás el rebote del PBI estadounidense consiga neutralizar ese efecto en el mediano plazo, pues este país sigue siendo el principal socio comercial del Perú (si al intercambio de bienes le agregamos el de servicios).

Hay otros dos factores que también deben considerarse: la reducción de la producción minera ilegal y el ruido político, que está ocasionando la postergación o paralización de proyectos de inversión de envergadura, lo que causa un freno al ingreso de capitales de largo plazo.

El BCR ha reiterado que solo puede moderar el ritmo de subida del billete verde, pero no alterar su tendencia. Habrá que esperar qué medidas aplicará, ahora que ha anunciado que puso fin a la política monetaria expansiva y ha optado por una posición neutral. Un dólar caro incide en la inflación, así que, quizás, habrá más compras, aunque no será necesario tener una bola de cristal para predecir lo evidente.