El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, dijo que 280 cuerpos habían sido enterrados en fosas comunes en la ciudad. (Foto de ARIS MESSINIS / AFP).
El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, dijo que 280 cuerpos habían sido enterrados en fosas comunes en la ciudad. (Foto de ARIS MESSINIS / AFP).

El presidente dijo en una entrevista a emitirse el domingo en Estados Unidos que las fuerzas rusas están cometiendo un “genocidio” en .

“Esto es genocidio. La eliminación de toda la nación y el pueblo”, denunció Zelenski en el programa Face the Nation de la CBS, según una transcripción proporcionada por la cadena estadounidense.

“Somos ciudadanos de Ucrania. Tenemos más de 100 nacionalidades. Se trata de la destrucción y el exterminio de todas estas nacionalidades”, subrayó el mandatario, un día después de que se difundieran horribles imágenes de muertos civiles en Bucha, ciudad ucraniana recuperada de las fuerzas rusas.

Tres días después de que comenzara la invasión el 24 de febrero, Ucrania presentó una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya acusando a Rusia de “planear actos de genocidio”.

La entrevista será transmitida el domingo, un día después de que se difundieran imágenes crudas de cuerpos de civiles esparcidos por calles de la ciudad de Bucha, cerca de Kiev.

El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, dijo que 280 cuerpos habían sido enterrados en fosas comunes en la ciudad.

“Somos ciudadanos de Ucrania y no queremos someternos a la política de la Federación Rusa. Esta es la razón por la que estamos siendo destruidos y exterminados”, sostuvo Zelenski, según la transcripción de CBS.

“Y esto está sucediendo en la Europa del siglo XXI. Así que esta es la tortura de toda una nación”, agregó.

Las imágenes e informes de las muertes de civiles en Bucha generaron reacciones de condena a nivel internacional y amenazas de más sanciones contra Moscú.

Este domingo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó las matanzas de civiles ucranianos como actos “horribles” e “inaceptables”, mientras que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, los calificó como “un puñetazo en el estómago”.